Para cumplir un sueño primero hay que tenerlo y para ello, antes, hay que conciliar el sueño. Escapar de la plaga de insomnio que nos azota últimamente y que llena las noches de vueltas y revueltas en la cama con los ojos a toda vela, surcando el mar de los sargazos donde los parpados se quedan varados. Abiertos de par en par. Pero hay mucha gente que se alía con Morfeo y recibe sus abrazos y sueña sueños que es posible que se hagan realidad y se levantan por la mañana atesorando momentos que van más allá de hacer un viajar por el Caribe, ponerse al volante de un enorme coche o poseer más dinero del que jamás podrá gastarse. Hay gente que colecciona la sonrisa de su hijo pequeño dándose topetazos contra las paredes en su primera caminata espacial fuera de la cuna y balbuceando silabas inventadas que traducimos por papá y mamá. Hay personas que creen estar, todavía dormidas, cuando les abrazan de esa manera calidad y amplia que solo cabe en los sentimientos verdaderos. Gente que se pell...