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Mostrando entradas de febrero, 2013

GILIPOLLAS

Gilipollas. Eso debemos parecer. Por lo visto tenemos cara de serlo. Evidenciamos que no somos capaces de gobernar nuestras vidas con tino y que, sólo gracias a sus desvelos conseguimos salir adelante. O por lo menos eso se desprende de las mil y una regulación que se sacan del ataché de piel de cocodrilo para pastorearnos para que no nos despeñemos, como verdaderos gilipollas, en el abismo de la gilipollez.   Así que nos siguen llenado la vida de carteles. La cabeza de advertencias. La cartera de facturas. El corazón de incertidumbre. El sexo de picores. La nómina de retenciones y el parabrisas del coche de multas.   Son incansables, para nuestro bien por supuesto, y siempre nos aconsejan lo mejor para nuestra vida: no fume, no respire el humo de los demás, no beba si va a conducir, caliente las rodillas antes de echar a andar, no cruce con la luz roja, no cruce con la luz verde, no derroche luz, no queme tanta gasolina, lea con bombillas de bajo consumo, atrase el reloj

YA VALE

Vale. Está muy bien que se entretengan en zaherirse los unos a los otros a través de los titulares. OK. Pueden seguir yendo de aquí para allá reivindicando a los jefes del contrario el quítame allá un informe oficial o la devolución de una subvención injustificada. Puede que sea necesario enredarse en los laberínticos rompecabezas de autovías, parques y museos sin acabar. Si les sobra tiempo nadie les va a reñir porque se vayan al juzgado a ponerse querellas porque no me dejaste entrar o salir del ayuntamiento. No está mal eso de que, de cuando en cuando, animen el cotarro con mociones de censura o de confianza. Que acudan a los plenos a defender al baranda central, al regional, al provincial o al vecinal.   All right, nadie se opone, si tienen tiempo libre, a que corran pollos de perdiz por entre los olivares y los mareen por la campiña hasta que caigan exhaustos. Pueden seguir alumbrando pactos y oscureciendo enfrentamientos. Están en su derecho en seguir acordando frente