Ir al contenido principal

Entradas

Mostrando entradas de junio, 2014

EN PENUMBRA

Una cosa es que la diosa de la Justicia tenga que ser ciega y otra muy distinta que sus ayudantes no vean tres en un burro, sobre todo si el burro acaba de ser robado y los tres jinetes que lo cabalgan son los presuntos cuatreros.  Viene esto que les escribo a cuento de lo que dicen los sindicalistas, del CSIF para más señas, sobre las luces que hay en las dependencias judiciales. Son pocas, escasas y flojas en potencia. Tanto es así que, de los 26 puestos de trabajo que han medido los que saben de la cosa, tan sólo en uno se ve bien. En el resto los «lux» (que nada tienen que ve con el mítico jabón de las estrellas que le dejaba la cacha reluciente a la Raquel Welch ) están muy por debajo de los mínimos necesarios para ver, aunque sea, la parte más sobresaliente del burro anteriormente citado y que no necesariamente tiene por que coincidir con la punta de las orejas. Tal es la penumbra, aseguran, que muchos funcionarios de Justicia se están quedando como la ídem. Así que más

MISTERIOS

Esta ciudad y esta provincia están cargadas de misterios. Cosas que pasan a diario sin que nadie haya sido capaz de encontrar, todavía, una explicación a estos asuntos que carecen de sentido o de lógica. Misterios que van más allá de las apariciones de las caras en algunos muros de Bélmez de la Moraleda. Sucedidos que superan en maravilla al tacto místico  y mágico de los pulpejos del Santo Manuel o a los curativos soplidos del Santo Custodio sobre el tabaco de liar. Arcanos e insondables asuntos, con los que Murakami sería capaz de hacer otros dos añadidos a 1Q84, y con los que nos topamos a diario. He aquí una lista de ellos: .-Un parque, en mitad de la ciudad, al que todo el mundo rodea y da de lado en sus paseos. La Victoria siempre está sola en su agujero verde oscuro. .-cuatro kilómetros de raíles a los que, misteriosamente, les están naciendo por esqueje o por olvido arbustos para tapar las vergüenzas que han dejado al aire. .-Farolas que se encienden al amanecer

LA COMARCA

Jaén es como la comarca de la Tierra Media. Está llena de «hobbits»  felices de haberse conocido y felices de cultivar la tierra y de dar felicidad al resto del mundo conocido con su esencia de olivo. Aceite de oliva y virgen y extra. Un bálsamo de fierabrás capaz de curar las heridas de orco, capaz de evitar que el moho crezca en las dagas, picas y añagazas. Un elixir que añade sortilegios élficos a las comidas que se sirven en su mesa. Jaén, una comarca con sus bosques viejos y negras arboledas de sombra donde anidan rapaces y dan frescor musgosos pastores de árboles que aún miman a unos pocos lobos y a los huidizos linces. Jaén es tierra periférica alejada de las batallas por el poder. Rodeada de montaraces que de cuando en cuando, se acercan por estos lares a comprobar que todo está bien. Que todo sigue igual. Que todo está como tiene que estar. Calmado. Tranquilo. Plácido. Quieto. Sosegado. Adormecido, casi estancado Ganapiés, Ciñatiesas, Brandigamos, Tuks, Sacovillas y