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Mostrando entradas de abril, 2014

EN EL MERCADO

Me va a poner usted la mitad y cuarto de una mesa redonda que ando sobrado de calderilla y hay que aligerar el monedero ahora que está a punto de venir la devolución de la Renta. Me añade cuarto y mitad de seminario de lo que sea, que en casa tenemos buena boca, y me lo riega todo con un par de botellas de foro, tinto y espeso, que con la copa en la mano nos gusta discutir sesudamente mientras celebramos unas jornadas gastronómicas en casa sobre las VPO y su distante relación con la deconstrucción sostenible. Me va a despachar, pero con un buen chorreón en el platillo de  la balanza, un par de trozos de congreso profesional que me analicen el filtro de la lavadora que se me atranca con ponencias del tamaño de una horquilla para los pelos que nos vamos dejando en la gatera cada fin de mes. Me los pone usted de esos doraditos, con aspecto de jornada de trabajo… si de ese dorado… no me los coloque de marrón reflexión que luego me repiten y son para la cena. Además, en casa estamos

PASIÓN

La Semana Santa  les mola mucho a los políticos. Les pone de tal manera que hasta los sube a los balcones como cantaores de saetas. Algunos contribuyen a participar en las «petaladas»  a las imágenes y lo hacen a manos llenas con la costumbre de quien hace llover subvenciones, prebendas, ayudas o… pétalos. Que lo importante es hace llover lo que sea. Son como Saulo. Se caen del caballo del laicismo o de la montura de la distancia y se levantan llamándose Pablo Pueblo. Aparecen sacudiéndose el polvo del camino y de la coraza al ritmo de la canción de Rubén Blades. Están en su salsa dejándose ver en los encuadres de las televisiones que caen de hinojos ante las imágenes con las que comparten plano. A Dios rogando y con la cámara grabando. Ahora toman el relevo del capataz para una «levantá» en Lunes Santo y a la semana siguiente le hacen la pascua a los colegios concertados. En clase, religión a lo mínimo que estipula la LOMCE.   La coherencia no es como la esperanza. La coherenc

PROGRE HOMBRE

Lo admito. Soy un progre. Siempre lo he sido y siempre lo seré aunque mi actitud vital me cause problemas con el resto de la sociedad, esa pandilla de neocoms y capitostes que le niegan el pan y la sal a los pájaros de la libertad que llevan en su pico palabras de esperanza e igualdad para todos los pueblos. Aves del nuevo tiempo con alas multiculturales y sostenibles. Alas que se impulsan con el empuje del inagotable soplo del Eolo. Alas que se sostienen en el aire porque si ni lo hicieran ya no serían alas, serían plomos emplumados. Cada mañana en el trabajo, siendo coherente con mis postulados, saludo a mi jefe y le digo: —Hermano, tuya es la hacienda el caballo y la pistola,   Pero mía es la voz antigua de la tierra. ¿Y cómo va a recoger el trigo y alimentar el fuego si yo me llevo la canción?. —Desde luego Agudo más vale que dejes de usar camisa de tirilla y pantalón de pana. Anda coge la moto y ve a por el correo. Pero eso a mi no me arredra voy a lomos de mi sco

CABREO

La gente está que trina con lo de la luz. Ahora resulta que nadie sabe lo que cuesta un kilovatio y que nos han ido haciendo un mocho para pasarnos la dolorosa por la cuenta del banco. Da cosica ver al ministro de la Energía intentar explicar el recibo de la luz y caer enredado en un montón de cables conceptúales para explicar lo inexplicable. Que si usted gasta amperios y los trufa con vatios en horas valle, pero sin pasarlos por la potencia contratada, restándoles a los vatios un par de kilos de aceitunas de cornezuelo y dos cañas con su correspondiente tapa usted va a pagar una cosa u otra.   Y Soria, que así se apellida el hombre aún siendo canario; pero no de los que trinan; se quedan tan pancho y tan ancho mientras que nos siguen electrocutando con unas facturas disparatadas que parecen escritas en sánscrito y en las que incluyen hasta las tasas de ocupación de vivienda por las familias de cigüeña blanca en las torres de alta tensión. Y luego quieren que la gente les apl

¡HAGAN ALGO!

Cada vez somos menos jienenses en Jaén. Nos vamos yendo al otro mundo o a otra comarca en la que sea más fácil ganarse la vida. Basta con echar una mirada a las estadísticas o a las esquelas. Los empadronamientos caen por dos factores, 1) por los que va borrando la parca y, 2) por los que se suben a la «pava» en busca de tajo. Entre tanto los que mandan dicen que siguen fijando a la población a su territorio pero el superglú no parece funcionar y el éxodo de jóvenes jienenses continua, imparable, a la espera de que surja un nuevo Sabina que le ponga letra y música a su migración. Los nietos empacan el toshiba y el título universitario. Los abuelos hacen mutis por el foro y entienden que lo único que ha cambiado es la calidad de la maleta. Del cartón al aluminio forrado de jacquard. La tristeza por dejar la tierra sigue siendo la misma.   En la tele sigue la cantinela de las potencialidades de una provincia que lleva convirtiéndose en una potencia turística más de 30 años. los