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Mostrando entradas de febrero, 2011

MECÁNICA CUÁNTICA

Según la teoría del caos con tan sólo observar la realidad el espectador es capaz de alterarla. Quizás por eso miramos tanto, para forzar una mejoría en nuestras posibilidades. Lo real es un gato metido en una caja que puede estar vivo y muerto al mismo tiempo y en el mismo espacio. Es un felino propiedad de Schrödinger que sometió al animal a esa terrible dualidad que se repite en los carteles electorales que van apareciendo en la ciudad. En ellos los candidatos son ganadores y perdedores de manera simultánea. Tienen más y menos papeletas que su adversario y mantienen el rostro sonriente aun sabiendo que serán una cosa o la otra y que no hay más posibilidades. Puede que en estos momentos una mariposa esté aleteando en Hong-Kong y provoque una tormenta que cancele el vuelo de tipo que no regresará a tiempo para votar por uno o por otra. Como el gato de Cheshire sentada en una valla la alcaldesa que lo es y no lo es sonríe todo el tiempo. El caos le pone desorden a la política y

DEL TORNO FRESADOR AL CLOUD COMPUTING

Del torno fresador al cloud computing . Así se liquidaban los casi 60 años de fabricación de automóviles en la provincia de Jaén en una puesta en escena tan prolija que sirvió para enredarse entre discursos a la sombra del eslogan oficial: Linares Futuro. La dueña de Santana Motor, la Junta , se quita de encima el lastre de una empresa a la que acogió cuando en 1994, en la plaza de Santa María, 80.000 personas hicieron temblar al gobierno andaluz mientas gritaban ¡2.400 NI UNO MENOS!. Las chaquetillas azules de los santaneros y la fortaleza de sus mujeres pusieron sobre el mapa uno de los conflictos laborales que pusieron a prueba a los políticos y a las administraciones que veían como la lucha obrera, esa que está en el sustrato de muchos estatutos, ponía en fila de a uno a todos los que creían que era una broma lo de aquel cartel que puso el dueño del restaurante chino al lado del Hotel Aníbal: “No soy Japonés, soy chino”. Uno a tras otro todos los que eran algo en la política

POZO

Las habitualmente tranquilas aguas del pantano jienense; esta provincia presume de tener la costa interior con más kilómetros de España, se han visto alteradas por las turbulencias que llegan desde mercasevilla y ese mercado de chalaneo y ventajismo de poltrona y moqueta que se agarraba, no al dinero ajeno si no al nuestro, para hacer suya la riqueza. Las ondas de esta pedrada baten contra las paredes de los embalses jienense y ya han saltado por el aliviadero un sindicalista y su mujer, que presuntamente, se habían hecho con una paguilla mensual gracias a los expedientes de regulación de empleo que se han organizado: compañeros, les decía, aceptar el acuerdo que me quedan un par de letras de la casa de campo todavía por pagar. Este escándalo parece de tal magnitud que nadie ha querido romper, ni una lanza ni dos, sobre todo porque uno de los mentes pensantes se apellida Lanzas y de nombre Juan que al parecer ha ido bautizando a siniestro y con notable destreza convolutos, comisiones,

PRIMAVERA PUBLICITARIA

Las vallas quedaron abandonadas a su suerte, el viento de la crisis las dejó peladas, apenas las cubrían unos harapos de antiguos comercios que vendían griferías mono mando o rebajaban los chándales a precios insospechados. Las vallas se dejaban mecer por el viento de Jaén, áspero y sin tregua, mientras los jaramagos crecían a sus patas. Pero la primavera publicitaria ha llegado para reverdecer los brotes de aluminio y poner hojas donde antes sólo había sarmientos de hierro con orín. La savia vuelve a circular entre las raíces de las agencias de comunicación y las ramas del aire mayuno que ya se olisquea como grano de polen. Además, quien brota primero dicen que brota dos veces.

PERO QUÉ...

Siguen apareciendo jubilados fantasmas en la túrmix mercasevillana que está centrifugando la realidad. En Ayamonte dicen que es normal que los policías judiciales registren en busca de papeles. Se pide que rueden nobles cabezas. El baranda de UGT dice que Santana no seguirá fabricando coches y que lo que hay es lo que hay. Y hoy ahí debería leerse “inaugurado un hospital”

LUEGO NOS QUEJAMOS

El olivar jienense parece que sólo existe como concepto paisajístico. Los intentos que se han venido haciendo en los últimos años, algunos de ellos apoyados con ingentes cantidad de dinero, no han dado resultado y el olivar y el olivarero de Jaén se sitúa donde realmente quiere, es decir en la periferia, en el "a verlas veni"r o en "ahí me las den todas". Digo todo esto, ya que ni el sector provincial pudo entrar en la multinacional SOS para poder comercializar su aceite abonando su parte en la ampliación de capital que se hizo recientemente o, por ejemplo, no ha querido o no ha podido ponerse de acuerdo para quedarse con las magnificas instalaciones de Fedeoliva en Guarromán que Invercaria ha adjudicado a la aceitera malagueña Hojiblanca, que fue la única que pujó por esta envasadora que se ha adjudicado en casi 3 millones de euros. Algunas veces, demasiadas la gente está donde quiere estar y no donde debería. Luego será tarde para lamentarse por las oportunidades

MÁS FÁCIL Y MÁS BARATO

Serían poco más de las 10 de la fría mañana del miércoles 2 de febrero cuando llegamos al parque tecnológico GEOLIT que aún mantenía algunos charcos congelados en sus baldosas de diseño y carriles pavimentados con klinkers rojos y grises. Entramos a un empresarialmente frío edificio de la zona en el que seguimos la flecha de la cita por unos pasillos de gélido diseño para emular la eficiencia hexadecimal de la electrónica y la computación digital. Cálidos buenos días aquí y acullá. Desembocamos en una acristalada sala por la que se colaba el limpio sol de febrero causando problemas de iluminación a unos tipos que armaban y ponían paneles y atriles para la presentación. Daban órdenes de cómo y dónde había que colocar a intervinientes para que se complementaran, sin solaparse, con la moderna pantalla de retroproyección de un elaborado powerpoint…. … de pronto nos quedamos solos cargando micrófonos, grabadoras, cámaras en la sala hasta que llegó un tipo con una bufanda roja al cuell