Frío. Esta ha sido la palabra más pronunciada a lo largo de la semana recién terminada. Frío. También ha sido la sensación que más se ha notado en todos los ambientes de esta provincia tan de calores sofocantes y escarchas paralizantes y de tan pocos términos medios. Tanto es así que me acuerdo de Mercurio el dios del Comercio y de cómo algunos se comían la Cámara del ídem de Jaén a besos y a titulares masajeantes y ladinos. Ahora a la Cámara la desmemorian en un vergonzante olvido por haber convertido a Jaén en uno de esos lugares en los que pasan cosas que en otras tierras no. Frío. Helado viento recorre los pasillos del otrora edificio barco que ha puesto proa a las semillas de chumberas e higueras locas que ya crecen entre las grietas de sus muros. Frío que también se mete entre los despachos de altos y bajos rangos administradores que han visto como a sus sillones les han salido raíces y a sus cajones les han rebosado los recuerdos de tres décadas que se quedaron helados tras...