Ando con el Thesaurus entre las manos. El Sopena de
sinónimos en dos tomos para que me ayude a vadear este tiempo de verborrea y
palabrería fácil que se nos viene encima con el rosario de visitas de gente que
se hace la importante para que con nuestros votos les demos la importancia de
la que carecen de momento. Un día sí tarde también se suben a los atriles a
recordarnos los asuntos que harían y que otros no han hecho. Para ello hinchan el pecho. Se ponen de puntillas,
manotean al aire. Se engolan e inflan los buches y empiezan a soltar
acusaciones contra los contrarios a los que tildan de meros vocingleros, de
vanos voceadores, de inútiles vociferantes, de follones y alborotadores, de
escandalosos gritones, de molestos chillones, de ruidosos, aulladores,
bramadores, atronadores, gruñidores, berreones, estridentes, quejicas,
desaforados, groseros y ordinarios. Esos desde un micrófono. Desde otros
altavoces se pronuncian verbos castrados en su conjugación. Son muy cuidadosos
para pronunciar sólo el infinitivo para evitar que se estos verbos se vuelvan
transitivos y les obliguen a cumplir lo que prometen. Hay que vertebrar,
dinamizar, impulsar, analizar, planificar, vehicular, incentivar, apoyar,
pulsar, consensuar, aplicar, sinergizar, superar, sobrepasar, mejorar,
ascender, avanzar, rebasar, prevalecer, dominar, resaltar, perfeccionar,
allanar, derrotar, destacar, remontar, prevalecer.
Verbos huecos. Vocablos hueros. Lenguaje vacío de
flexión, inflexión, reflexión, paradigma, apofonía y reciprocación. Palabras
que prescinden de las personas, de los números, del tiempo y del modo. Que
mangonean el género con el sexo con la voz de un candidato que aspira a ser un
corte de audio para la radio, un total para la televisión o el entrecomillado
de un titular de periódico.
Cada día nos anegan con esos modos y con esos modales.
Declaman promesas cómo quien recita la tabal periódico lo la lista de los reyes
godos. Aventan sus intenciones sin indicativos, sin potenciales, sin
condicionales, gerundios o imperativos para responder a las necesidades del
pueblo, del vulgo, del villanaje, de la patulea, de la gente, de la canalla, de
la chusma, de la morralla, de la muchedumbre de la que discuten subidos a
las tarimas y escenarios de jornadas, mesas, seminarios, encuentros, debates y
foros que se suceden uno tras otro en presente dubitativo, mientras que los de
la calle hacen cola en las oficinas del paro.
Madrugo hoy con el diccionario de sinónimos en la mano
a modo de linterna. La travesía de la A-44 sigue a oscuras a su paso por Jaén.
Las farolas, fanales, linternas, lámparas, candelas y lampiones que colocaron
cuando se termino la obra siguen sin dar luz. Para estas bombillas no hay
enchufes. Un claro ejemplo de que la política no siempre sirve para mejorar la vida
de las personas o por lo menos para que vean por dónde van cuando entran a Jaén
desde el acceso norte
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