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EL SÁBADO EN EL SNACK


Aún se mantenía en pie el “snack bar”, aquella cafetería que los domingos por la tarde era tomada por las parejas de novios que bajaban por la acera del “vivero” para tomar café, que era lo más moderno que casi se podía hacer por entonces.Nos juntábamos, recuerdo, los sábados por la tarde en el salón de la cristalera que daba a la carretera, que ya suspiraba por convertirse en autovía. Había como un ambiente asambleario, con mucho pelo largo, mucha pana y mucha barba.Se ponían entre las tazas de café y los vasos de duralex las fotos, los titulares y los dibujos que se preparaban para el nuevo número de Bailén Informativo. Se discutía con vehemencia y aquellas reuniones de la “redacción” se tomaban tan en serio que ni el televisivo Lou Grant tenía nada que envidiar.Se elegían cuidadosamente los temas, los asuntos y contenidos de cada número que salía a la calle. Se buscaban compromisos de nuevos suscriptores, se arrancaba, casi a la fuerza, la publicidad y, en definitiva, se intentaba llegar a final de mes con el saldo suficiente para poder publicar un número más.Eran normales los encontronazos ideológicos y económicos por el sesgo que se debía dar a la revista: más anuncios + menos información = prosperidad contable; menos publicidad + mas información = ahogos monetarios.Fruto de aquellas discusiones el grupo fundador se fue reagrupando, perdía miembros por un lado, los ganaba por otro, se disolvía y volvía a aparecer cada sábado en la cafetería del “snack”. Estábamos en la España del 82, aquella que se ilusionó con los carteles que José Ramón realizó para la campaña del PSOE. Aquel país de vientos de cambio, de removida cultural y musical que tenía en Bailén Informativo un claro exponente, pleno de compromiso con lo que cada uno de sus integrantes consideraba libertad de expresión.Durante veinte años, con su pena y con su gloria esta revista se ha ido arrastrando hasta conseguir un hueco en las estanterías de muchos bailenenses. En otros se quedó en un cajón de la memoria y para algunos en un: fue bonito mientras duró.En las páginas de la revista han escrito, fotografiado, dibujado, reflexionado, vertido, opinado, anunciado, publicitado y editado muchos hombres y mujeres, que con el paso del tiempo han ido dispersándose en pos de otros proyectos y tareas profesionales y personales. Todos ellos han contribuido a escribir parte de la historia de este pueblo y la suya propia, por que de alguna manera todos los que han pasado por Bailén Informativo en cualquiera de sus etapas, se les ha quedado impresa la experiencia de sacar adelante una aventura que generó tan escaso beneficio económico y tan generoso rédito personal, por lo menos al abajo firmante.Se contaron muchas cosas que no se debían o podían contar. Se animó el cotarro de la ciudad. Se hicieron amigos y otros se deshicieron. Se esperaba con afán la llegada del cartero con el ejemplar mensual. Se acudía al kiosco a preguntar: ¿ha salido ya? Lo pasábamos fenomenal y nos cabreábamos como monos… pero así son las cosas.Con el paso del tiempo el poso del devenir personal de cada uno fue desmadejando aquel “consejo de redacción”. Se crearon otros nuevos, y a trancas y barrancas… de cuando en cuando la revista aparece por la testarudez de los que quedan y se han ido incorporando.Puede que este sea el último número de Bailén Informativo, puede que no. Quizás reverdezca laureles en estos tiempos de tecnología digital, Internet y correo electrónico. Acaso no ocurra ni lo uno ni lo otro, lo que si tengo claro es que a lo hecho pecho y estos veinte años ya no los puede borrar nadie. Como no se pueden borrar a todos los amigos que he ido coleccionando y que aún conservo. Por encima de erratas, por encima de discrepancias editoriales, por encima de contradicciones en el diseño de la portada o diferencias ideológicas.20 años de Bailén Informativo han dado para mucho, y ojalá que alguien aproveche la hemeroteca y se reúna los sábados en cualquier “snack” a tomar café y perfilar la maquetación del próximo número.

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
No deberías dejar que iniciativas como Bailén Informativo se apagasen. Haced lo posible porque siga viviendo, en el formato que sea, da igual, lo importante es el contenido. No es fácil sacar tiempo y calentarse la cabeza para recibir a cambio, sólo la satisfacción personal de que se está haciendo algo interesante para el pueblo. Insisto, no lo dejéis.
Anónimo ha dicho que…
Al leer tu comentario me han venido a la cabeza otros rincones de Bailén que yo conocí hace años, el más entrañable de todos, aquel viejo parque que se encuentra a espaldas del parador, todavía a las afueras del pueblo, casi siempre desierto. Cerca de allí estaba (o estará) el bar Tejavana, a cuyas puertas paraba el autobús de Madrid. Yo hacía escala por unas horas, camino de Úbeda, para apaciguargar algunos incendios juveniles con unos esfuerzos que, casi siempre a esas edades, resultan infructuosos.
Anónimo ha dicho que…
El bar de Tejavana aún está abierto y el viejo parque lo es más aún, sigue vacío porque le han puesto una valla

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