Lo de esta ciudad es de historieta japonesa, por no decir que todo anda manga por hombro. Estamos bajo la amenaza de una horda de conejos hambrientos que ríete tú de Gorgo, Gamera y Godzilla dándose trompazos por las avenidas de Tokio. Si amigos la oleada de roedores asesinos ha llegado hasta la ciudad de Jaén y ha comenzado a devorarlo por los goteros que deberían regar los jardines del nuevo polígono industrial.
Es obvio que se trata de un ataque premeditado, en el que se quiere destruir uno de los pilares de desarrollo económico de la capital de la provincia, porque los conejos podrían haber comenzado a roer otros pilares ciudadanos como la moqueta de los despachos, las ruedas del coche oficial, las butacas de los salones de actos o las valles electorales. Pero no, los muy taimados arramblan con los goteros, los muerden, los roen, los destruyen… su acción es un símbolo… un mensaje claro y diáfano: os dejaremos sin riego.
Y los políticos andan discutiendo si los conejos son de granja o de campo. Celebran mesas redondas y analizan las andanzas de los lepóridos y dicen unos que hay que atacarles por la oreja derecha que es la que menos oye, y los otros dicen que es mejor darles por la izquierda que tienen el ojo vago y apenas ven por ese lado… y mientras los dientes de los rabicortos acaban con toneladas de goteros y el PVC del que están hechos los mutan y cambian para hacerlos más grandes y voraces.
Y los que mandan se cabrean de verdad y deciden contratar a una pléyade de técnicos para que hagan un plan de actuación estratégico para acabar con la plaga, y firman convenios y protocolos a millones como cebo para las mandíbulas conejiles, pero ellos prefieren el PVC y el poliuretano y se ciscan en los linces ibéricos y en la lincesa que los parió y se siguen dando el atracón con los goteros de los primeros chalés que les salen al paso.
Los gobernantes no pierden la calma porque se la piden a los ciudadanos y se cabrean aún más con la situación y contratan a mas técnicos y a mas expertos, incluso usan su arma secreta, la celebración de un seminario sobre el tema. Pero los conejos, ciegos de PVC y otros plásticos devoran a galgos y podencos y se comen los arriates de las sedes oficiales.
Pero hoy ya han puesto pie en pared los próceres y reaccionan organizando un simposium internacional sobre la situación para darle donde más duele y los conejos redoblan sus ataques y se comen los carteles del “evento” animados por la mixomatosis que les pone esa mirada asesina de verdad, contra la que no hay jornada o seminario que valga. ¡que conejos!
Es obvio que se trata de un ataque premeditado, en el que se quiere destruir uno de los pilares de desarrollo económico de la capital de la provincia, porque los conejos podrían haber comenzado a roer otros pilares ciudadanos como la moqueta de los despachos, las ruedas del coche oficial, las butacas de los salones de actos o las valles electorales. Pero no, los muy taimados arramblan con los goteros, los muerden, los roen, los destruyen… su acción es un símbolo… un mensaje claro y diáfano: os dejaremos sin riego.
Y los políticos andan discutiendo si los conejos son de granja o de campo. Celebran mesas redondas y analizan las andanzas de los lepóridos y dicen unos que hay que atacarles por la oreja derecha que es la que menos oye, y los otros dicen que es mejor darles por la izquierda que tienen el ojo vago y apenas ven por ese lado… y mientras los dientes de los rabicortos acaban con toneladas de goteros y el PVC del que están hechos los mutan y cambian para hacerlos más grandes y voraces.
Y los que mandan se cabrean de verdad y deciden contratar a una pléyade de técnicos para que hagan un plan de actuación estratégico para acabar con la plaga, y firman convenios y protocolos a millones como cebo para las mandíbulas conejiles, pero ellos prefieren el PVC y el poliuretano y se ciscan en los linces ibéricos y en la lincesa que los parió y se siguen dando el atracón con los goteros de los primeros chalés que les salen al paso.
Los gobernantes no pierden la calma porque se la piden a los ciudadanos y se cabrean aún más con la situación y contratan a mas técnicos y a mas expertos, incluso usan su arma secreta, la celebración de un seminario sobre el tema. Pero los conejos, ciegos de PVC y otros plásticos devoran a galgos y podencos y se comen los arriates de las sedes oficiales.
Pero hoy ya han puesto pie en pared los próceres y reaccionan organizando un simposium internacional sobre la situación para darle donde más duele y los conejos redoblan sus ataques y se comen los carteles del “evento” animados por la mixomatosis que les pone esa mirada asesina de verdad, contra la que no hay jornada o seminario que valga. ¡que conejos!
publicado en el diario gratuito Viva Jaén en 2006
Comentarios