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Hay una vieja canción de Aguaviva, un excepcional grupo de música al que su excesiva politización acabó matando como tantas cosas agosta la politización, que señalaba que sintiéndose gitanos los derechos humanos en lugar de pisoteados quedaban zapateados.
Así que salvando las distancias y aprovechando lo del zapateo, menudo taconazo en las canillas ha arreado Zapatero a los de la mitad de la clase media con su anuncio de recortes. Taconeo que ha desperezado al viejo león sindicalista que dormía a la sombra de un baobab a la espera de que su harén le trajera los cuartos traseros de algún ñu despistado en el río Mara.
Y es que de dónde mucho se saca y no se le echa fin se le ve y este carrusel de gasto y despilfarro no podía seguir. El problema es que siempre les toca pagar el pato a los mismos mientras que el paté de foie y de sus higadillos se lo comen, regado generosamente con caldos de la tierra, los de siempre, los que ahora nos echan la culpa de protestar porque nos están pisando hasta los callos que no tenemos.
Comentarios
Antonio te felicito por tus reflexiones.