
Creo que ya lo he comentado en este mismo lugar refiriéndome a la inclinación; irresistible; que parecen experimentar algunos miembros del gobierno andaluz para cambiar su nombre de pila y que este cambio sirva para recargarles las ídem en su trayecto y permanencia en esto de la cosa pública.
Llamativo fue el caso de la que fuera consejera de Cultura, Rosario Torres que optó por el más laico y vegetal Rosa, que no apócope, que no es lo mismo rezar el rosario que cultivar un rosal.
También acortaron su nombre la alcaldesa de Jaén que se dejó el Purificación en su andadura política y ahora se la localiza en los titulares por el más corto y sonoro Carmen Peñalver. Lo propio hizo María del Mar Moreno, que se ha dejado a
María fuera de la nomenclatura para quedarse sólo con el mar, como una nueva alfonsina ahora consejera de la presidencia y portavoz gubernamental.
Pero es que la cosa no acaba aquí y quien es presidente de la Junta, José Antonio Griñán, ha pasado en denominarse en los papeles como Pepe. Sí amigos, Pepe Griñán, en lugar de su denominación josé antoniana… así que ahora llámenle Griñán, Pepe Griñán.
Comentarios