
Menos mal que la gente es sabia y jamás se aprende lo que pone en los letreros de las esquinas y conoce a los sitios por la gente que vive en ellos y que sabe los nombres de quienes habitan las casas y de los vecinos que allí abrieron negocio.
Se equivocan quienes entienden que lo importante es el nombre de una plaza y no de quien la tiene que disfrutar. Yerran los que se detienen a discutir si al jardín le ponen galgo o podenco y no discuten sobre como mantenerlo verde, o dejan pasar los años sin abrir un parque por no saber si llamarlo así o asá.
Que tomen nota de la gente, que se dejen de trascendencias históricas, de llenar los planos de nombres rimbombantes y copien del ingenio popular que bautizó a “carretera del colesterol” a la Ronda Sur para que no se enfadaran los que rondan por el norte.
Publicado en el semanario Jaen21.
Comentarios
Menuda calle melancolia.
Un saludo