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CALLE INGENIO

A mi no gusta que hagan bailar a las placas de las calles de un lado a otro del callejón de la ideología y comiencen con la retahíla de: ahora el general Mola, ahora ya no mola el general o que franco es este jefe del Estado o que estado tiene el general Franco. Me aburro. Sólo se entretienen los administradores de la cosa pública con esta batalla de las nomenclaturas que sirven para reconocer a gentes que sólo ellos conocen. Así que están mareando al operario del taladro municipal dándole vueltas con el atornillador-desatornillador que quita y pone y pone y quita placas por esas calles a las que van a bautizar de nuevo.
Menos mal que la gente es sabia y jamás se aprende lo que pone en los letreros de las esquinas y conoce a los sitios por la gente que vive en ellos y que sabe los nombres de quienes habitan las casas y de los vecinos que allí abrieron negocio.
Se equivocan quienes entienden que lo importante es el nombre de una plaza y no de quien la tiene que disfrutar. Yerran los que se detienen a discutir si al jardín le ponen galgo o podenco y no discuten sobre como mantenerlo verde, o dejan pasar los años sin abrir un parque por no saber si llamarlo así o asá.
Que tomen nota de la gente, que se dejen de trascendencias históricas, de llenar los planos de nombres rimbombantes y copien del ingenio popular que bautizó a “carretera del colesterol” a la Ronda Sur para que no se enfadaran los que rondan por el norte.

Publicado en el semanario Jaen21.

Comentarios

lojeda ha dicho que…
Las personas, la mayoría de las veces, son mucho más inteligentes que los políticos, que no queriendo afrontar los problemas en serio, porque no tienen ni idea de cómo hacerlo, se dedican a inventar para venderse.
Antonio Agudo ha dicho que…
Lo que mas llama la atención,Lourdes, es que los políticos también fueron personas alguna vez.

Menuda calle melancolia.
lojeda ha dicho que…
Tienes razón, pronto se les olvida, y eso es lo triste.
Un saludo

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