
Andan ya con la precampaña dando el coñazo en la precampiña. Los moños quieren volverse monos y las manos se hace de Aragón, es decir maños mañosos que hacen del Ebro, un hermano del Miño, que tiñe de fresco la ribera.
Así que preparaos para lo de esta peña que ya amenazan con dejarse caer con el ceño fruncido. Clavándose las uñas, haciéndose arañazos, tirándose al gañote del contrario, dándose puñetazos con la lengua, cogiéndose a puñados, revolcándose en el albañar del “y tú más”. Albañiles de añejas promesas que siguen siendo las de antaño. Las mismas de cuando éramos niños y teníamos la eñe pequeña y cajas llenas de muñecos. Tiempos añorados, sin amaños, con buñuelos, sin señuelos, con cabañas, sin dueños, con añil, sin apaños, con baños, sin saña, con piñones, sin puñales… tiempos barbilampiños…
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