Ir al contenido principal

POZO

Las habitualmente tranquilas aguas del pantano jienense; esta provincia presume de tener la costa interior con más kilómetros de España, se han visto alteradas por las turbulencias que llegan desde mercasevilla y ese mercado de chalaneo y ventajismo de poltrona y moqueta que se agarraba, no al dinero ajeno si no al nuestro, para hacer suya la riqueza.
Las ondas de esta pedrada baten contra las paredes de los embalses jienense y ya han saltado por el aliviadero un sindicalista y su mujer, que presuntamente, se habían hecho con una paguilla mensual gracias a los expedientes de regulación de empleo que se han organizado: compañeros, les decía, aceptar el acuerdo que me quedan un par de letras de la casa de campo todavía por pagar.

Este escándalo parece de tal magnitud que nadie ha querido romper, ni una lanza ni dos, sobre todo porque uno de los mentes pensantes se apellida Lanzas y de nombre Juan que al parecer ha ido bautizando a siniestro y con notable destreza convolutos, comisiones, pagos, mordidas y arrebaños variados sin que la autoridad se diera cuenta hasta ahora casi 10 años después.
Señora, le han dicho a la Junta, esta usted sangrando hasta 700 millones, gracias por el aviso ha respondido y sus asesores y porta carpetas intentan tapar el sol con un dedo que ilumina un pozo en cuyo fondo sisean miles de reptiles con la barriga llena.

Comentarios

Entradas populares de este blog

CAGANÉ ESTREÑIDO

En Cataluña dicen que van a cambiar la Navidad por la fiesta de invierno y la Semana Santa por la fiesta de la primavera. Una consejo del Consejo Escolar de la región. Es decir que el popular "caganer" se quedará sin sitio para hacer sus deposiciones ya que en la fiesta de invierno no caben tampoco los belenes. La verdad es que cada día que amanece el número de tontos crece y no paran de buscar agujeros para meter la pata por decreto. Por el momento en los colegios de Jaén está permitido que los chavales se deseen felices Pascuas, pero si la ola catalana prospera de dificil manera se podrá casar ideologicamente la imagen de la alcaldesa socialista entregando, arrobada, su bastón de mando a la imagen de Nuestro Padre Jesús con esta mania de sustituir el crucifijo por una foto del presidente autonómico o a los reyes magos por un vejete con sobrepeso vestido de terciopelo rojo.

METER LA PATA HASTA EL CORVEJÓN

Lo de meter la pata hasta el corvejón es algo innato en el ser humano desde la mas remota antigüedad. De hecho si los animales tuvieran esa capacidad, que no la tiene todavía, dirían hemos metido la pierna.Quizás la primera gran metedura de pata de la historia fue la del “hombre antecesor” mientras caminaba por la sierra de Atapuerca, con tan mala fortuna que a meter la pata en la sima de los huesoso y o volvió a salir de allí hasta un millón de años después.Metió la pata también, Viriato, al elegir a sus colegas de farra guerrillera o al pagarles un sueldo tan esmirriado que en cuanto vieron brillar el oro romano tomaron las de VilladiegoY es que todos metemos la pata pero lo peor es que quede escrita en la historia por los siglos de los siglos y lo que era algo articular pasa al dominio público para que se publiquen libros y se hagan chascarrillos.Otro gallo le hubiera cantado a Dupont, mucho menos el de la cárcel de aquel castillo, si no hubiera metido la pata en Bailén, donde Casta

DIARIO DE UN CONFINADO II

A lo largo de las últimas semanas se está produciendo un fenómeno curioso. Basta con poner atención para percibir el latido vital de nuestros pueblos y ciudades. Abran sus balcones y ventanas y oirán lo que siempre pasaba y que no percibíamos. El encierro al que estamos sometidos los ciudadanos y a la parálisis obligada de sus herramientas y mecanismos está sacando al primer plano todos los ruidos que quedaban sepultados por la cacofónica actividad de nuestras rutinas diarias. El trino de los pájaros es una de las voces principales y las conversaciones de nuestros vecinos, con un poco de atención, se vuelven inteligibles y nos damos que las nuestras también pueden ser oídos por el resto de nuestro barrio. El silencio de los primeros días de confinamiento nos había atronado los oídos y estos, poco a poco, van sacándoles los matices a esa irreal banda sonora que por primera vez escuchamos. Estamos en momentos de muchas primeras veces. Estamos estrenando sensaciones que teníamos aga