
Serían poco más de las 10 de la fría mañana del miércoles 2 de febrero cuando llegamos al parque tecnológico GEOLIT que aún mantenía algunos charcos congelados en sus baldosas de diseño y carriles pavimentados con klinkers rojos y grises.
Entramos a un empresarialmente frío edificio de la zona en el que seguimos la flecha de la cita por unos pasillos de gélido diseño para emular la eficiencia hexadecimal de la electrónica y la computación digital. Cálidos buenos días aquí y acullá.
Desembocamos en una acristalada sala por la que se colaba el limpio sol de febrero causando problemas de iluminación a unos tipos que armaban y ponían paneles y atriles para la presentación. Daban órdenes de cómo y dónde había que colocar a intervinientes para que se complementaran, sin solaparse, con la moderna pantalla de retroproyección de un elaborado powerpoint….
… de pronto nos quedamos solos cargando micrófonos, grabadoras, cámaras en la sala hasta que llegó un tipo con una bufanda roja al cuello, de mediana estatura, con el pelo cano y un claro acento italiano al saludar estrechando la mano a los plumillas que allí esperábamos:
.- Buenos días soy Gennaro Pieralisi.- dijo el hombre y emprendimos una animada charla con el presidente de unas de las principales multinacionales italianas que se dedican a la fabricación y diseño de maquinaria para almazaras. Presidente que poco después visitaría las obras de su nueva sede en Jaén. Contaba Pieralisi que hacía años el llegaba a Jaén y abría la puerta de su avión y olía a “rancido” y que por fin ese olor a “rancido” ya no está en el aire del invierno de Jaén y “se hace un buen aceite de oliva y no lampante como antes”.
A los pocos minutos se abrió la puerta de la sala en la que estábamos y entró un nutrido grupo de asesores, fotógrafos particulares, porta carpetas, políticos, directores, consejeros y delegados que no atinaban a explicarse como se les había pasado de largo “il siñore Pieralisi” con su pinta de persona normal y corriente que sin necesidad de nada más fue capaz de contarnos que su empresa invertía en Jaén porque en Jaén tenía mercado y lo demás es diseño, adorno y recargo presupuestario.
Comentarios