De
pequeño estaba convencido de que la primera televisión que llegó a mi
calle,
una Cruz del Sur de lámparas zumbonas, era posible abrirla por un
costado y sacar
de dentro todos los muñecos Comansi y camiones Rico que salían en los
anuncios.
Para ello, creía a pies juntilla, que sólo era necesaria una llave y esa
llave algún día estaría a mi alcance. Con el paso del tiempo esa
convicción se me fue enterrando en la memoria con las paletadas de
tiempo que ponen sobre la infancia los años. Jamás conseguí la llave
pero ese recuerdo volvió a primer
plano y me asaltó el otro día cuando me asome por encima del pretil de
mi
ordenador y pude ver en los canales de yutube a los numerosos candidatos
a cualquier
cosa asegurar que, solamente ellos, conocían la forma de abrir las
televisiones
y repartir entre el pueblo las maravillas que en ellos se mostrbana. Me
acomodé en el alfeizar
de la ventana del güindos y asistí al despliegue de la incansable y
tozuda
actitud de aquellos hombres y mujeres, que de tanto oírselo a los suyos,
se
creen elegidos para salvarnos de nosotros mismos. La pena es que aún no
hay
manual para aprender a salvarse de ellos y de ello la historia ha
escrito
numerosas páginas de vergonzosas actitudes, que con mucha suerte
acabaron en
bochorno nacional y que con poca fortuna sirvieron para llenar infinitas
fosas
comunes de inocentes. Pero como les contaba lo que vi a través de la
pantalla
era un grupo de personas que sin ningún tipo de rubor, arrebujados en
banderas
y colorines, almohazaban a la muchedumbre; la presente y a la que seguía
por el
cable el asunto; y le sacaban brillo al pelaje popular prometiendo el
oro, el
moro, el toro y los coros subrayaban con cánticos el cepillado a favor
de crin
para ganarse favores y prebendas. Periclitado aquel celebérrimo: «si
somos los
mejores, Manolo por qué estamos los últimos, Manolo» ahora andan
reciclando,
como modernas anteojeras para el respetable, términos como: la verdadera
democracia interna, la ausencia determinación hacia el futuro, la única
posibilidad de ganar el presente, os traeremos de todo para todos,
siempre
huele más a podrido en la acera de enfrente, el césped de nuestro lado
es mucho
más verde, las cosechas conmigo serán feraces y las tierras más pródigas
y
generosas, con los demás os espera el llanto y el crujir de dientes,
sólo a mi
vera las series de televisión se verán con finales felices y los
juguetes serán
completo, serán auténticos juguetes Comansi, porque nosotros tenemos la
llave
para abrir el cerrojo y descorrer la cancela que nos impide el paso
hacia el
paraíso. Os prometemos gigas en abundancia, servicios de mensajería que
jamás
se colgarán y todas las películas para que no tengáis que leer nunca las
novelas en las que se basan. Y la muchedumbre aplaudía y vitoreaba a la
espera
de un Ibertrén que nunca llegará, ignorantes de que la Señorita Pepis
cerró su
cadena de peluquerías con un ERE masivo, que en la gasolinera de los
cliks han
despedido a todos los operarios y que no existe ninguna llave mágica
salvo poner por delante el trabajo, la verdad y la honestidad
En Cataluña dicen que van a cambiar la Navidad por la fiesta de invierno y la Semana Santa por la fiesta de la primavera. Una consejo del Consejo Escolar de la región. Es decir que el popular "caganer" se quedará sin sitio para hacer sus deposiciones ya que en la fiesta de invierno no caben tampoco los belenes. La verdad es que cada día que amanece el número de tontos crece y no paran de buscar agujeros para meter la pata por decreto. Por el momento en los colegios de Jaén está permitido que los chavales se deseen felices Pascuas, pero si la ola catalana prospera de dificil manera se podrá casar ideologicamente la imagen de la alcaldesa socialista entregando, arrobada, su bastón de mando a la imagen de Nuestro Padre Jesús con esta mania de sustituir el crucifijo por una foto del presidente autonómico o a los reyes magos por un vejete con sobrepeso vestido de terciopelo rojo.
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