Leo
que acaban de descubrir un planeta que podría ser habitable. Se llama Kepler-62f y dan ganas de mudarse
cuanto antes allí. Como si le denominaran LópezOrtega-62f. Es un sitio tan bueno como
otro cualquiera para alejarse de aquí. Está en un rincón de la poética y
musical constelación de Lyra. Un planeta sin estrenar, con sus rocas y con sus
mares nuevos como la ropa interior comprada para un Domingo de Ramos. Un mundo
todavía metido en su caja y con el precinto sin romper. Repito que dan ganas de
mudarse cuanto antes y escapar de estos titulares que se hunden en la
conciencia. Te hiero mucho. Los sucesos se amontonan en el buscador de Google.
Basta poner Jaén y te salen las víctimas del incendio en un chalet de Puente
Tablas o los jóvenes que se despeñaron por la carretera del PRYCA. Se nos sale
por las orejas tanta crónica negra y oleosa. La misma que resuda desde los
depósitos, en los que unos facinerosos disfrazaban de oliva los aceites de coco y
palma en una planta de Mengíbar. Convertir al aceite Jekyll en aceite Hyde.
Sacarle todo lo malo a la hora de preparar una tostada o un bocata de
calamares. En Kepler-62f
no pasa nada de esto, todavía. Allí todo está por hacer. Por no haber hasta
poyetes habría que llevar desde la Tierra. A los keplerianos la estéril
discusión partidaria, les sudaría la entrepierna, ya no tendría sentido ni
pollas. ¿De qué servirían tantas pollinás?. En Kepler-62f no existe Política Agraria
Comunitaria y por lo tanto la reforma de la PAC no es necesaria. Allí nos ocuparíamos
de lo importante dándole la importancia que debe de tener. Habría tantas cosas
por hacer que hasta los imputados y los que les imputan tendrían que ponerse a
trabajar en lo necesario para afianzar la colonia dejándose el mal olor y su
desagradable perfume en el espacio exterior. Allí colgaríamos para siempre, en
una órbita hiperbólica las malas noticias de esta pasada semana y las que nos
queden por sufrir para que no nos vuelvan a tocar. Noticias a las que
dotaríamos con la necesaria velocidad de escape para que su gravedad no las
haga caer a la puerta de casa. Un respiro es lo que nos daría la flamante
atmosfera de ese nuevo planeta a todos los que sufrimos de asma en el espíritu.
A todos los que se nos cierran los bronquios con ese polen oscuro que fecunda
el aire de accidentes y víctimas inocentes. Un viento que hiere mucho
Desde hace unos meses que andan los actores políticos de aquí para allá y de allá para aquí dándole vueltas a los millones de la Inversión Territorial Integrada, la celebérrima ITI, y en qué se los van a gastar. Una día sí y otro también los papeles y los micrófono recogen las declaraciones de los artistas protagónicos, secundarios y hasta de los extras que están para hacer bulto y ruido en la escena, sobre el destino de los más de 400 millones que van a llegar a esta provincia tan ajena a las alegrías presupuestarias y tan huérfana de cariño administrativo. Qué si una carretera, que si un polideportivo, que si una rotonda, que si una plazoleta, que si un teatrico, que si una piscineja, que si tal que si para cual y para lo de más allá. Así llevan semanas amasando la ITI y sus dineros de comarca en comarca y de casa consistorial a casa consistorial prometiendo que la lluvia, de millones, está al caer y que habrá que ir comprándose cubos, barreños, damajuanas, orzas, tazones...
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