Chapuzas
de cocodrilo. Para una vez que un proyecto gustaba a casi todos van y lo joden.
Se la han vuelto a jugar a esta ciudad tan dada a discutir sobre la altura de
las grebas de los aqueos o sobre el grado de concavidad de sus barcos. Los siervos
de la gleba aplauden el debate de sus señores mientras que las defensas caen.
Al polo jaenero lo van a desmarcar. Van a dejarlo en niki de marca blanca.
Jersey de mercadillo. Ropa de hacendado. El lagarto hay que quitarlo. El
Lacoste no pudo ser porque siguen empeñándose en que el poder es tener razón cuando
es la razón lo que te lo da. Contrataron a dos de los mejores del mundo y se
marcaron una obra de pintura, varillas, hierros y piedras que se convirtió en
una referencia del arte urbano. Ríos y Belin, tan cotizados por otros pagos,
asisten estupefactos a la orden judicial que le da matarile a su criatura.
Saurio que anidó, a pesar de las advertencias, pleitos, y quejas, en un lugar
que no era el suyo. Pero a lo hecho pecho y el que venga atrás que lo arregle,
que es lo que dicen que se lee en el umbral de la puerta de acceso a los
despachos de los que rigen la cosa pública. A buenas horas llegan a cortar las
patas verdes del cocodrilo del área norte. Volvemos a ser noticia por
extravagancias y vagancias extremas. Los autores ya han dado algunas soluciones
para el traslado y recolocación de la bestia en otro lugar no salpicado por
querellas y demandas. Se trata de una obra de arte que no tiene que ser puerta,
pared o muro para frenar el entendimiento. El que metió la zarpa en la ciénaga
ajena que asuma su responsabilidad y que no perdamos algo que ya es patrimonio
de todos porque del patrimonio de todos salió el dinero para pagar a los
artistas y del patrimonio de todos saldrá el dinero que tendrá que indemnizar
al propietario perjudicado. En Jaén aún se sigue buscando a quien tiró a la
basura la escultura del amigo David Padilla, a quien taló el árbol metálico de
la calle Castilla o a quien le cortó los huevos al guerrero ibero.
En Cataluña dicen que van a cambiar la Navidad por la fiesta de invierno y la Semana Santa por la fiesta de la primavera. Una consejo del Consejo Escolar de la región. Es decir que el popular "caganer" se quedará sin sitio para hacer sus deposiciones ya que en la fiesta de invierno no caben tampoco los belenes. La verdad es que cada día que amanece el número de tontos crece y no paran de buscar agujeros para meter la pata por decreto. Por el momento en los colegios de Jaén está permitido que los chavales se deseen felices Pascuas, pero si la ola catalana prospera de dificil manera se podrá casar ideologicamente la imagen de la alcaldesa socialista entregando, arrobada, su bastón de mando a la imagen de Nuestro Padre Jesús con esta mania de sustituir el crucifijo por una foto del presidente autonómico o a los reyes magos por un vejete con sobrepeso vestido de terciopelo rojo.
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