Ir al contenido principal

URNAS FUNERARIAS


Este es El Poyete número 3 publicado por el Ideal de Jaén:

Ahora resulta que mayo está más cerca de lo que se pensaba y que las promesas que se quedaron en el camino, porque manchaban la moqueta del despacho, se recuperan para intentar prolongar el momento otros cuatro años. De un profundo cajón se rescata el programa electoral para insistir en que lo prometido no es deuda impagada, que todo se ha hecho, se está haciendo o se hará si se consigue un poco más de tiempo y un poco más “deporfavor”.

Se pide al árbitro que pite una nueva prórroga, que detenga el reloj, que estire el tiempo. Protestan por los goles que llevan en contra y se los anotan al antiguo entrenador que quiere volver a mandar en el vestuario. Así que vuelven al terreno de juego a estrechar manos, abrazar a niños y a besar ancianos. La afición corea el mantra hipnótico del lema de la campaña. La grada está coloreada de manera uniforme pero separada en los fondos de una realidad que hace aguas por la gotera hipotecaria y laboral.

Ahora resulta que todos los micrófonos son válidos para repetir el eco de tu voz en este lánguido bolero de la precampaña. Ahora abrazan con la mirada todas las cámaras con el objetivo de multiplicar su imagen en los pasquines de la cuarta pared televisiva.

Se dan prisa y desempolvan los libros y los apuntes y en un par de noches intentan resolver el logaritmo neperiano del paro en complicada realidad algebraica de dichos y redichos en los que lo peor está en el contrario mientras arrastran vigas de proyectos no natos que nuestros ojos jamás verán.

Llueve y quieren ponerle su marca a cada gota de lluvia. Ahora se acuerdan de que sus cargos dependen de los que no han contado nada salvo para contar en las estadísticas. En otro suspiro electoral, que para unos será de alivio y para otros de agobio, las peñas toman aire y aguantan la respiración para que las urnas que vienen no sean funerarias.

Comentarios

El que habla claro es la diana de cuatro soplapollas venidos a dioses.

Saludos

Entradas populares de este blog

CAGANÉ ESTREÑIDO

En Cataluña dicen que van a cambiar la Navidad por la fiesta de invierno y la Semana Santa por la fiesta de la primavera. Una consejo del Consejo Escolar de la región. Es decir que el popular "caganer" se quedará sin sitio para hacer sus deposiciones ya que en la fiesta de invierno no caben tampoco los belenes. La verdad es que cada día que amanece el número de tontos crece y no paran de buscar agujeros para meter la pata por decreto. Por el momento en los colegios de Jaén está permitido que los chavales se deseen felices Pascuas, pero si la ola catalana prospera de dificil manera se podrá casar ideologicamente la imagen de la alcaldesa socialista entregando, arrobada, su bastón de mando a la imagen de Nuestro Padre Jesús con esta mania de sustituir el crucifijo por una foto del presidente autonómico o a los reyes magos por un vejete con sobrepeso vestido de terciopelo rojo.

METER LA PATA HASTA EL CORVEJÓN

Lo de meter la pata hasta el corvejón es algo innato en el ser humano desde la mas remota antigüedad. De hecho si los animales tuvieran esa capacidad, que no la tiene todavía, dirían hemos metido la pierna.Quizás la primera gran metedura de pata de la historia fue la del “hombre antecesor” mientras caminaba por la sierra de Atapuerca, con tan mala fortuna que a meter la pata en la sima de los huesoso y o volvió a salir de allí hasta un millón de años después.Metió la pata también, Viriato, al elegir a sus colegas de farra guerrillera o al pagarles un sueldo tan esmirriado que en cuanto vieron brillar el oro romano tomaron las de VilladiegoY es que todos metemos la pata pero lo peor es que quede escrita en la historia por los siglos de los siglos y lo que era algo articular pasa al dominio público para que se publiquen libros y se hagan chascarrillos.Otro gallo le hubiera cantado a Dupont, mucho menos el de la cárcel de aquel castillo, si no hubiera metido la pata en Bailén, donde Casta

DIARIO DE UN CONFINADO II

A lo largo de las últimas semanas se está produciendo un fenómeno curioso. Basta con poner atención para percibir el latido vital de nuestros pueblos y ciudades. Abran sus balcones y ventanas y oirán lo que siempre pasaba y que no percibíamos. El encierro al que estamos sometidos los ciudadanos y a la parálisis obligada de sus herramientas y mecanismos está sacando al primer plano todos los ruidos que quedaban sepultados por la cacofónica actividad de nuestras rutinas diarias. El trino de los pájaros es una de las voces principales y las conversaciones de nuestros vecinos, con un poco de atención, se vuelven inteligibles y nos damos que las nuestras también pueden ser oídos por el resto de nuestro barrio. El silencio de los primeros días de confinamiento nos había atronado los oídos y estos, poco a poco, van sacándoles los matices a esa irreal banda sonora que por primera vez escuchamos. Estamos en momentos de muchas primeras veces. Estamos estrenando sensaciones que teníamos aga