
La semana santa se aleja, paso a paso, por el calendario dejando una colección de sensaciones e imágenes que ya forman parte de la memoria de cada uno y ponemos proa a una primavera laborable que se antoja plena de alergias y de alérgicos, por lo mucho que ha llovido, y de más de lo mismo en los asuntos de calado de esta provincia que sigue anotando parados en las listas del Servicio andaluz de Empleo, que también existe, y del INEM mientras los barandas en sus despachos siguen presos del bucle melancólico del plan Jaén siglo XXI que para unos es muy bueno y para los otros es muy malo… entre tanto las carreteras de Jaén son las que son con su doble sentido, con sus baches y con sus atascos; ahí ya empezamos a parecernos a una gran ciudad, en cada periodo vacacional. Eso sí la Semana Santa ha obrado el milagro, pese a los laicos que se quejan del uso del himno nacional en las procesiones, de estimular el gasto de la peña, que aunque tenga origen religioso, sirve para pagar los nóminas también de los que se declaran agnósticos.
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