¡Arrepentíos
insensatos! ¡caed de hinojos! ¡mesad vuestros cabellos, rasgaos las túnicas o
los polos Lacoste! Hay señales que indican que la partida ha llegado a su
quinta y última bola. Ya no quedan partidas extra ni especiales por encender. Jienenses,
estamos entrando en los búmperes del game over y ya no nos valen trucos de
raposos. No nos servirán astutas maniobras o tilts para demorar lo inevitable. Esto
se acaba, se termina así que cubrid vuestras cabezas de ceniza y ateneos a las
consecuencias. El cartel de caput, de finito y del end está por asomar a la
vuelta de la esquina. Ya se ven señales de que esto se acaba. Lo leí por estas
páginas y me quedé atónito y ojiplático sentado en mi poyete el otro día: «nace
un lechón con dos caras en Vilches», «extrañas luces iluminan el cielo nocturno
de agosto por San Lorenzo», «las obras del museo ibérico ya están al 75%» «el
desempleo en Jaén baja en varios centenares de personas este verano». Prodigios
y maravillas que deben ponernos los pelos como escarpias, los pelos de gallina
que dicen en las esquinas de los botellones cada vez que el cacique o la
sherington strawberry les da un latigazo.
Yo
ya estoy poniendo en orden mis cosas, las terrenales y las espirituales. No me extrañaría
que de aquí a poco Jabalcuz pueda despertar quitándose ese disfraz de monte
afable y torero. Que convierta a Jaén en área metropolitana, en un Herculano
moderno conectado con Pompeya por los raíles del tranvía. Canosas las sienes
tengo tras de oír al consejero de Fomento decir que si hace falta, «la Junta
pone los denarios» para que anden intramuros, de una vez por todas, los vagones
tranviarios. Sumad a todo ello la ausencia de las moscas que se han olvidado de chupar y
depositar sus larvas en las carnes de las barbacoas estivales y en las cabezas
de las gambas de los banquetes nupciales.
—
Niño te has dao
cuenta que ni caga la moscarda de la caló que ha hecho
—
Papa esto va a
ser de la poca sostenibilidad de la vida moderna. Hay que ser más equilibraos y
dejar menos huella de carbono
—
Es que ni aludas
salen este año niño
—
Papa estamos
llegando a un punto de no retorno. Tenemos que ser más bio y mas eco
—
Ya, ya se nota la
logse. Anda arranca el pasquali que terminemos de echar el yerbicida
Si
amigos lectores, es ya un clamor, algo han debido tocar en los relés de la
realidad jienense cuando se producen frecuentes prodigios en forma de calabazas
gigantes, la recolección de pepinos de ocho kilos y de tomates capaces de
seguir engordando después de haber sido arrancados de la mata. Fantásticos
sucedidos que hablan de centros de salud inaugurados. Ruinas llenas de maleza
que se convierten en autovías. Seguid mi consejo y poneos a buen recaudo si los
animales sigue pariendo aberraciones y los administradores cumpliendo promesas.
Yo estoy aterrado acabo de descubrir en el spam un correo interesante y si esto
no es una señal…
Comentarios