i Kefrén o Micerino hubieran sido de Jaén seguro que sus pirámides estarían todavía a medio hacer. O peor aún, a la espera de que se finalicen los trabajos arqueológicos previos. Si amigo, ríete tú de la Maldición de Tutankamón, de la del Escorpión de Jade o la de la lista de las Cabezas Cortadas. Si el Imperio Egipcio hubiera florecido a orillas del Guadalquivir en lugar de las del Nilo se hubieran producido algunas escenas como esta en la sala principal del palacio del faraón:
Bajo
la atenta mirada de la efigie de Isis, la fuerza fecundadora de la naturaleza,
un numeroso grupo de escribas intenta justificarse por los enormes retrasos que
sufren las obras. Lo hacen cabizbajos, pero con miradas ladinas y de soslayo, ante
la reencarnación de Ra en la tierra. Se dirigen al faraón con voz aduladora,
lisonjera y suaves modales:
—Mire
su Grandiosidad, es que la subvención no ha llegado todavía.
—Pero
confíe su Alteza que, por Horus o por Apis, estamos impulsando el proyecto con
todas nuestras energías…
—…
en ese esfuerzo ponemos la vida de miles de esclavos. Nuestro esfuerzo está
siendo heroico…
—…
ya pero es que llevo en el trono 37 años y al final me van a tener que enterrar
en un nicho de esos normalicos…
—…
no se preocupe su Enormidad, es que estamos reprogramando, reajustando, reasumiendo
y redirigiendo los gastos. Lo primeros somos los vivos y ya veremos que pasa con
el resto.
—
Además, su Grandilocuencia, la arena está temporada se está dando muy mal, se
apelmaza, no deja a los canteros lucirse y así no hay quien coloque un bloque
derecho. Pero su Inmensidad no debe preocuparse de asuntos técnicos. Usted
anote nuestros nombres en la lisa de electores para otros cuatro años que
seguro que acabamos con su pirámide, un obelisco y hasta un par de esfinges de
tamaño medio y con un parecido más que razonable.
—
No, sé, no sé. Es
la quinta vez que me venís con las mismas excusas
— Ahora
es diferente su Graciosidad. Las cosas van a cambiar. Lo prometemos jurando por
Anubis, por Thot y por Seth.
— Firme,
firme, firme la lista…
Y
así van pasando los años y los faraones en esta tierra jienense. Geografía la
nuestra en la que plantas unos cimientos de un edificio público y te nace un
olivar. Es lo que ha pasado en algunos tramos de las obras de la A-32 . allí cortaron los
olivos para hacer la carretera y tanto han tardado entre que hicieron lo primero;
arrancar y no empezar lo segundo; asfaltar que han vuelto a nacer los árboles y
las «estaquillas» tienen una cosechica para sufragar el aceite del año. El mismo
con el que se hace el ungüento para ayudar a preparar la momia de otro que se
va sin ver acabada la dichosa obra
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