Se
ha ido el greñudo 2013 con la larga pelambrera del desempleo enmarañando su
recuerdo en el calendario. Nos dijo adiós deseando «venturosos y prósperos
brotes verdes». Se largó vareado por los aceituneros que encontraron tajo y un
respiro laboral que ha sido trasvase de un sitio a otro. Que dure. Y que dura
tiene la cara del año viejo que hace mutis por el foro musitando: «el que venga
atrás que arreé».
El
que ha venido no es otro que 2014 que ya se está quejando de la herencia recibida.
Más vale pronto que tarde. Esto de los cambios de año se parece cada vez más a
la reacción de quienes nos gobiernan. La culpa siempre es del que estaba aquí.
El que se fue lo dejó todo manga por hombro. Menudo corte de la primera nos
estamos llevando los ciudadanos ante la falta de arrime de lo segundo. Vivimos en
mitad de una «ciclo génesis explosiva» de desempleo masivo. Llueven parados en
las estadísticas y desaparecen miles de jóvenes de los censos de nuestros
pueblos. Hasta los Reyes Magos se quejaron de que cada vez les escriben menos.
Ni siquiera un emilio, un guasap o un emoticono de cortesía y consuelo.
Así
las cosas ya hay quien dice que habrá que ir dando de sí a los esfínteres por
lo que nos pueda venir por detrás. Los que nos gobiernan dicen: relájense, lo
que queda será más suave. Relajado duele menos. Déjese hacer amigo que será por
su bien y amárrense a su macho o a su hembra que vamos a tener que seguir
pagando gasolinas que no quemamos y bombillas que nunca fundiremos. Crecerán los
impuestos sobre la vaselina y restos de cremas suavizantes. Hay que distribuir
la pomada para que otros se distribuyan la riqueza. Se trata de una urticaria
impositiva que nos marca la piel con la dermatitis atópica. Un tratamiento
kennedyano: no te preguntes qué es lo que puedes hacer por tu país. Menos
retórica y apoquina el IRPF
En
cuanto a este Jaén nuestro, reencontrados lectores, las cosas siguen igual y
encaramos la guerra del 14. Será la enésima batalla entre administraciones para
que nadie tome la ciudad de la
Justicia , la
Sanitaria o el museo de Arte Ibero. Conflicto en el que no
hará falta bombardear las vías de comunicación de la provincia para cortarle el
suministro al enemigo. Primero habría que ponerlas en el mapa y las
reprogramaciones, los replazos, los reasignamientos de fondos y otros sinónimos
del «no hay un duro» lo impiden. En cuanto al tranvía no diremos ni mú que lo
mismo se convierte en zona de pastos. Eso al menos ya sería un brote de color
verde.
Comentarios