El
otro día un seguidor de este servidor por las redes sociales me dejó un mensaje
privado en el que me decía que era «muy cansino» al recordar cada mañana que en
Jaén hay casi 64.000 personas en el paro. Me señaló que si no había otro asunto
para dar los buenos días que con ese recordatorio. Y repitió «es usted un
cansino». Y lo seguiré siendo. Perdonen sus señorías y a quien corresponda:
sigue habiendo 63.920 parados en Jaén. Ahora ya pueden seguir a lo suyo. Hasta
que el tuiter aguante y el feisbuc siga siendo de válvula seguiré recordando
que hay 64.000 paisanos que no tienen tajo que llevarse al horario ni nómina a
la caja de ahorros. Ya se que es muy importante que socialistas, populares,
podemitas, ciudadanos y demás componentes del espectro, político, tengan que
ocupar su tiempo en zaherirse, ponerse trampas y liaarse en esos enredos tan
propios del sexo con escaño. También reconozco que es necesario que sus
señorías se hagan ahogadillas en las albercas de mítines y microfonazos de entrepasillos,
que esto no se sostiene sin los corruptos que sirven para rellenar de perdigones los cartuchos y munición ya
usada. Que el tranvía, que las herencias, que los cursos de formación, que los
eres, que las obras inacabadas, que las carreteras sin hacer, que las
subvenciones perdidas, que la falta de liderazgo, que la debilidad del
compromiso, que las carreteras inacabadas, que los solares llenos de sombras,
que las promesas olvidadas y que las mentiras repetidas son cosa que hay que
tener en cuenta pero que no pueden convertirse en el telón que cubra el
fantasmal paisaje de 64.000 personas buscando un empleo y con él poder
financiar su futuro. Jaén repite cada mes en los primeros puestos de las listas negras del paro
en España. Es como un atleta dopado con el clembuterol de la subvención. Con
una musculatura mantenida por los anabolizantes de las ayudas y las
prestaciones. Entre unos, los que trabajan para las administraciones, y los
otros, los que no trabajan pero cobran de los presupuestos, la provincia va aumentando su dependencia del gotero de lo
público. Por eso, aunque me digan cansino seguiré recordando cada día la larga
lista de desempleados que hacen fila en la desmemoria de aquellos que se echan
la culpa de que suba el desempleo. Los que buscan trabajo son huérfanos. Nadie
los quiere. Nadie saca pecho para colgarse esta medalla forjada con 64.000
historias personales. Que me sigan diciendo cansino pero, perdonen sus señorías
y a quien corresponda: sigue habiendo 63.920 parados en la provincia de Jaén.
Podrían dejar lo suyo por un momento y dedicarse a mejorar lo nuestro. Hay
63.920 personas esperando que no las defrauden más
Desde hace unos meses que andan los actores políticos de aquí para allá y de allá para aquí dándole vueltas a los millones de la Inversión Territorial Integrada, la celebérrima ITI, y en qué se los van a gastar. Una día sí y otro también los papeles y los micrófono recogen las declaraciones de los artistas protagónicos, secundarios y hasta de los extras que están para hacer bulto y ruido en la escena, sobre el destino de los más de 400 millones que van a llegar a esta provincia tan ajena a las alegrías presupuestarias y tan huérfana de cariño administrativo. Qué si una carretera, que si un polideportivo, que si una rotonda, que si una plazoleta, que si un teatrico, que si una piscineja, que si tal que si para cual y para lo de más allá. Así llevan semanas amasando la ITI y sus dineros de comarca en comarca y de casa consistorial a casa consistorial prometiendo que la lluvia, de millones, está al caer y que habrá que ir comprándose cubos, barreños, damajuanas, orzas, tazones...
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