Dentro de unos días, me avisan desde el rincón inferior derecha de la pantalla de mi ordenador, me van a actualizar al Windows número 10. Pues vale. Yo que apenas sobreviví a la extinción de la segunda edición del Windows 98 y que resistí agarrado al clavo ardiendo del XP, me veo empujado, eso si gratis total, a caerme por otra, en este casoí muy nueva, ventana por la que asomarme a la realidad de este Jaén que se sigue rascando el agujero del ombligo a la espera de que ocurra algo. A la espera de que alguien, como a mi computadora le va a ocurrir a finales de julio, le actualice el sistema operativo y que transite del MS-DOS a otra manera de computar sus posibilidades, que hasta ahora, se han visto secuestradas, ralentizadas y casi inutilizadas por virus, troyanos, gusanos, malware, barras de navegación predeterminadas y rootkits que la siguen engañando desde atriles, escaños, despachos y plazas. Promesas en forma software gratuito que se reinventan gracias a la habilid...