Anda
Jaén en el aire como muchos sillones de los ayuntamientos y los parapentistas
de El Yelmo que aún se niegan a bajar para seguir viendo el espectáculo. Lo que
no quema el fuego que lo talen las motosierras. Sacrificios vegetales al dios
de la inversión pública. Una carretera, un parque bien valen unos cuantos
árboles. Aserrín, aserrán las maderas de San Juan que en junio llegaron con el
plan ENFOCA. A quien buen árbol se arrima más desnudo puede quedarse en la
otoñada. Luz y humaredas que empujan
hacia las sombras de esta provincia a 67.000 personas. Enjambre que no les debe
enturbiar el sábado sabadete. Un pacto, una votación, un acuerdo y un
alcaldete. Picaduras de historias rotas y quebradas por el síndrome del
destrabajamiento. Las colmenas, llenas, del desempleo destilan el néctar amargo
de la desesperanza. Apicultura de la chapuza, el apaño, el trabajillo y del
jornal en negro. Supervive o emigra o amista con fulano para que zetano le diga
a mengano que el lunes empiezas en lo del PER sin peros que valgan o se la
agarras con la mano. Gente que no tiene otro remedio que recitar cifras
terminadas en cinco para recibir el premio. Todo vale. Casi todo es cambalache.
Más vale esfínter herido que estomago vacío. Al mal tiempo lo más caro. Ciudadanos
espagnolo luciendo su mejor cara por San Antonio. Mocasines y pantalones rosa
capote combinan con las converse y las palestinas al gañote. Quien le iba a
decir a Lluis LLach que su campanades a morts sonaría mientras se beben sus
vinos en copas tulipán. Brindis en español con caldos en catalán. Pitando la
melodía de estos días extraños en los que el tafilete se mezcla con la
polipiel, la lana virgen con la terlenka y el ciento por ciento cotón con el damasquinado
paramecial de sedas y tafetanes. Hispters y ternos de raya diplomática.
Perillas y perillanes. Barbudos y lampiños. Es la urdimbre, el lío del poder
que se realimenta para seguir otros cuatro años. Tiempo para hacer cosas o para
que lo pendiente se olvide con el paso del tiempo. Gatopardos y politólogos de
nuevo cuño con aspiración de ser cuña. Viejas glorias que se dejan
liposuccionar. Nuevas glorias que aspiran, algún día, a someterse al
estiramiento de piel. Hilos de oro para tensar barbillas y ácido hialurónico
para elevar pómulos. Anda Jaén en el
aire emitiendo en onda corta. Anda Jaén en el aire viendo, a lo largo, como el
resto se sigue elevando. Anda Jaén en el aire. Vuelo bajuno y rasante. Raspándose
las rodillas con los rastrojos de su historia.
Desde hace unos meses que andan los actores políticos de aquí para allá y de allá para aquí dándole vueltas a los millones de la Inversión Territorial Integrada, la celebérrima ITI, y en qué se los van a gastar. Una día sí y otro también los papeles y los micrófono recogen las declaraciones de los artistas protagónicos, secundarios y hasta de los extras que están para hacer bulto y ruido en la escena, sobre el destino de los más de 400 millones que van a llegar a esta provincia tan ajena a las alegrías presupuestarias y tan huérfana de cariño administrativo. Qué si una carretera, que si un polideportivo, que si una rotonda, que si una plazoleta, que si un teatrico, que si una piscineja, que si tal que si para cual y para lo de más allá. Así llevan semanas amasando la ITI y sus dineros de comarca en comarca y de casa consistorial a casa consistorial prometiendo que la lluvia, de millones, está al caer y que habrá que ir comprándose cubos, barreños, damajuanas, orzas, tazones...
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