Ir al contenido principal

FIEBRE INAUGURAL



A poco que uno se descuide en el transcurso de su paseo diario puede quedar atrapado en una ceremonia inaugural. De un tiempo a esta parte, toparse por la calles del pueblo de cada uno, con un grupo de inauguradores es tan frecuente como encontrarse una calle sin papeleras, una fuente seca con los caños llenos de basura o pisar las mierdas de perro que salpican paseos y avenidas. Ya os digo queridos lectores que si bajáis la guardia podéis quedar sujetos en el acto oficial de corte de cinta, descorrimiento de cortinilla, visita institucional,  puesta en valor, recorrido preelectoral o supervisión administrativa. Así que andad ojo avizor que andan sueltas las tijeras y los trocillos de tela con los colores patrios y comarcales son como papelillos que anuncian los calores presupuestarios y el dispendio en saraos y festejos patronales para darle al pueblo lo que se merece.

Ya ha habido varias víctimas inocentes que han quedado atrapadas por los sequitos de aplaudidores y las cohortes de azafatas que apresan al ciudadano incauto que atina, en su mala suerte, a estar cerca de un camino reasfaltado, un pabellón al que le han cambiado (¡por fin!) las luminarias fundidas o la plazoleta que ha sido repintada tras cuatro años de olvido. Hay quien ha quedado marcado de por vida por los profundos discursos que se pronuncian desde los atriles improvisados por empresas de marketing e imagen. Ciudadanos impelidos a hacer palmas con razón como se sonríen y palmotean los tontos sin ella. Paisanos que, mientras caen teloncillos y cortinas para mostrar las maravillas que pueden hacer los gestores, miran sorprendidos  que debajo de los baches había un camino y que lo que colgaba, mustio y como muerto, en lo más alto de los postes metálicos podía y daba luz a callejones que ahora, prometían con voz engolada de asesores y  promesas súbitamente recordadas, se convertirán en calles y grandes avenidas.

Comienzan a llover primeras piedras. Granizada electoral que cae con prisas, con la urgencia y la rapidez del tiempo que se acaba. Ventana de inauguraciones que se ha despojado de la persiana que la cubrió durante cuatro años y que cae desde el marco entre una nube de polvo y pintadas airadas. Candidatos y candidos ciudadanos fotografiados por los móviles de quien pasaba por allí. Carteles que costaron más que la obra que anuncian. Obras fantasmas exorcizadas por brigadas de albañiles contratados ex profeso. Fases, recepción y puestas a disposición por partes. Vallas y el vaya, ya era hora, del respetable que apunta a lo que ya cantó Lope de Vega: «en las mañanicas del mes de mayo, cantan los ruiseñores. Retumba el campo. En las mañanicas, como son frescas, cubren ruiseñores las alamedas. Ríense las fuentes tirando perlas a las florecillas que están más cerca»

Comentarios

Entradas populares de este blog

CAGANÉ ESTREÑIDO

En Cataluña dicen que van a cambiar la Navidad por la fiesta de invierno y la Semana Santa por la fiesta de la primavera. Una consejo del Consejo Escolar de la región. Es decir que el popular "caganer" se quedará sin sitio para hacer sus deposiciones ya que en la fiesta de invierno no caben tampoco los belenes. La verdad es que cada día que amanece el número de tontos crece y no paran de buscar agujeros para meter la pata por decreto. Por el momento en los colegios de Jaén está permitido que los chavales se deseen felices Pascuas, pero si la ola catalana prospera de dificil manera se podrá casar ideologicamente la imagen de la alcaldesa socialista entregando, arrobada, su bastón de mando a la imagen de Nuestro Padre Jesús con esta mania de sustituir el crucifijo por una foto del presidente autonómico o a los reyes magos por un vejete con sobrepeso vestido de terciopelo rojo.

METER LA PATA HASTA EL CORVEJÓN

Lo de meter la pata hasta el corvejón es algo innato en el ser humano desde la mas remota antigüedad. De hecho si los animales tuvieran esa capacidad, que no la tiene todavía, dirían hemos metido la pierna.Quizás la primera gran metedura de pata de la historia fue la del “hombre antecesor” mientras caminaba por la sierra de Atapuerca, con tan mala fortuna que a meter la pata en la sima de los huesoso y o volvió a salir de allí hasta un millón de años después.Metió la pata también, Viriato, al elegir a sus colegas de farra guerrillera o al pagarles un sueldo tan esmirriado que en cuanto vieron brillar el oro romano tomaron las de VilladiegoY es que todos metemos la pata pero lo peor es que quede escrita en la historia por los siglos de los siglos y lo que era algo articular pasa al dominio público para que se publiquen libros y se hagan chascarrillos.Otro gallo le hubiera cantado a Dupont, mucho menos el de la cárcel de aquel castillo, si no hubiera metido la pata en Bailén, donde Casta

DIARIO DE UN CONFINADO II

A lo largo de las últimas semanas se está produciendo un fenómeno curioso. Basta con poner atención para percibir el latido vital de nuestros pueblos y ciudades. Abran sus balcones y ventanas y oirán lo que siempre pasaba y que no percibíamos. El encierro al que estamos sometidos los ciudadanos y a la parálisis obligada de sus herramientas y mecanismos está sacando al primer plano todos los ruidos que quedaban sepultados por la cacofónica actividad de nuestras rutinas diarias. El trino de los pájaros es una de las voces principales y las conversaciones de nuestros vecinos, con un poco de atención, se vuelven inteligibles y nos damos que las nuestras también pueden ser oídos por el resto de nuestro barrio. El silencio de los primeros días de confinamiento nos había atronado los oídos y estos, poco a poco, van sacándoles los matices a esa irreal banda sonora que por primera vez escuchamos. Estamos en momentos de muchas primeras veces. Estamos estrenando sensaciones que teníamos aga