Ya
era hora de que pudiera mojarle la oreja a mi vecina, la de la esquina, que
tanto alardeaba de que ella “sólo iba al médico por los dineros” y que lo del
“aseguro” era cosa de pobretones y de gente de poco glamur y menos lustre como
yo. Menos mal que las decisiones que están tomando nuestros gobernantes me van
a permitir sacar pecho en la cola de la caja del hiper y dejar caer que he
contratado tarifa plana médica. Es decir que a mi vecina, que en ese momento
embolsa los palitos de merluza, se le pondrían los pelos como alcayatas del 6
al saber que yo también tengo sanidad de pago, copago, repago y contrapago y
que, además, por cada 50€ que me pula en eferalgán me regalan 100 SMS para
consumir en la sala de espera de cualquier consulta de traumatología. ¡Toma ya
vecina!
Definitivamente
la democracia está llegando a nuestras vidas. Todos con medicina de pago y
pudiendo optar, ojalá que salga adelante esa excepcional idea de cobrar por
habitación, por el hospital que mejor se adapte a nuestras necesidades.
Hospitales, que según categorías tendrían desde una a cinco hipodérmicas como
señal de su confort y prestación de servicios al paciente. Desayuno continental
y análisis de sangre incluido en la tarifa estándar o la posibilidad de
compartir camillas con la pareja o grupos de amigos para ser operados de manera
conjunta y aprovecharse de la ofertas vigentes.
Ya
estoy viendo los carteles al llegar a las urgencias hospitalarias
—
¿Juega al fútbol en la liga de Solteros contra Casado? ¿Tiene molestias en el
menisco interno? No se apure reúna a 7 compañeros con la misma lesión y aprovéchese
de las rebajas para grupo… y la habitación corre de nuestra cuenta.
—Oferta
en epidurales con un 50% de descuento si os operáis también de la vesícula.
Preguntar en ingresos por los precios especiales para antiguos clientes de
ginecología
—Ahora
su escayola tiene premio. Por cada fractura reparada regalamos dos cajas de
nolotil.
Pero
lo que de verdad haría que mi vecina sufriera una crisis por convulsiones sería
que me trasladarán de urgencia al San Agustín de Linares en una ambulancia limusina de 100€ la hora. Que me
cobrarán otros 8€ en el peaje del Portichuelo en la
A-32. Y que me aplicaran la tasa por
transporte de mercancías peligrosas al
ser yo un paciente con 40 de fiebre e infectado por la cepa de la gripe B, la
más contagiosa. La más pija. La más cara.
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