Es tiempo de limpieza en
profundidad. Las fiestas lo han dejado todo perdido de restos de serpentinas,
confeti, sobras de comida y envoltorios de regalos y polvorones. Meto a fondo
la aspiradora en los rincones de casa y en los del buzón del correo
electrónico. Ofertas de adeseeles más baratas y más rápidas salen volando con
anuncios de elongamiento de pene y chollos de 3 por 1 en viagra que firma una tal Shelly
Palmer.
Con un clic vacío las
papeleras, la real y la virtual y lo dejo todo como los chorros del oro y me
apresto a encarar la cuesta de enero de 2012. Una pendiente que es prolongación
de la de enero de 2011 y que nos sigue sacando el resuello en este Angliru
económico que tenemos por delante.
En estas andamos y en menos
de los que tarda el Kiko Rivera en cambiar de novia llegarán otra vez las
promesas electorales que sirven para todo menos para cumplirlas y a los hechos
me remito. Ahí queda, en todo lo alto, el sablazo que le van a dar a los
curritos en mitad del ierrepefe para que se tapen los agujeros y desconchones
que unos y otros han ido dejando en la eñe mayúscula de España y en la J de ¡joder! con Jaén que ahí
sigue boqueando como una bogardilla sus obras detenidas, su tranvía fantasma,
su parque acuático seco como el Wadi Rum y su cerrado Cerro de Las Canteras.
Así que ojo que se nos vienen
encima otras elecciones y seguro que los candidatos llegan cargados de promesas
y de altos cargos de los gobiernos cargados a su vez de tijeras, que lo mismo
usan para cortar una cinta inaugural que para darle un tajo más a nuestra
capacidad de compra.
El problema es que estos de
la “cosa pública” no se pueden devolver si vienen con tara o defecto de fábrica
y tampoco se pueden descambiar por otros de mayor talla. Y eso que le ley dice
que si no quedamos satisfechos nos tienen que devolver el importe de la compra,
en este caso el voto. Pero les dejo que tengo que irme de rebajas y espero que
no sean las de mi nómina otra vez.
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