Uno de los más sorprendentes usos lingüísticos y conceptuales de quienes nos gobiernan o aspiran a ello ha sido sin lugar a dudas la “discriminación positiva”. Es decir que mientras te están jodiendo te van ayudando. Y todo por no conjugar el verbo favorecer, así que mezclaron la churra con la merina y les salió ese híbrido concepto que por reflejo creó la “discriminación negativa”. Tan lejos está de la realidad este asunto que la segunda acepción del Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española se dice que: discriminar es “dar trato de inferioridad a una persona o colectividad por motivos raciales, religiosos o políticos”… eso sí lo hacen de una manera positiva.
Y a todo esto ahora se une otra gran creación de la gran Magdalena Álvarez la “inejecución” de una obra que puede ir adelantada o atrasada (sic). Vamos que los albañiles en lugar de ir poniendo ladrillos los van quitando sin convertirse en empresa de derribos. Por cierto el audio fue grabado en Jaén en octubre de 2004
Desde hace unos meses que andan los actores políticos de aquí para allá y de allá para aquí dándole vueltas a los millones de la Inversión Territorial Integrada, la celebérrima ITI, y en qué se los van a gastar. Una día sí y otro también los papeles y los micrófono recogen las declaraciones de los artistas protagónicos, secundarios y hasta de los extras que están para hacer bulto y ruido en la escena, sobre el destino de los más de 400 millones que van a llegar a esta provincia tan ajena a las alegrías presupuestarias y tan huérfana de cariño administrativo. Qué si una carretera, que si un polideportivo, que si una rotonda, que si una plazoleta, que si un teatrico, que si una piscineja, que si tal que si para cual y para lo de más allá. Así llevan semanas amasando la ITI y sus dineros de comarca en comarca y de casa consistorial a casa consistorial prometiendo que la lluvia, de millones, está al caer y que habrá que ir comprándose cubos, barreños, damajuanas, orzas, tazones...
En Cataluña dicen que van a cambiar la Navidad por la fiesta de invierno y la Semana Santa por la fiesta de la primavera. Una consejo del Consejo Escolar de la región. Es decir que el popular "caganer" se quedará sin sitio para hacer sus deposiciones ya que en la fiesta de invierno no caben tampoco los belenes. La verdad es que cada día que amanece el número de tontos crece y no paran de buscar agujeros para meter la pata por decreto. Por el momento en los colegios de Jaén está permitido que los chavales se deseen felices Pascuas, pero si la ola catalana prospera de dificil manera se podrá casar ideologicamente la imagen de la alcaldesa socialista entregando, arrobada, su bastón de mando a la imagen de Nuestro Padre Jesús con esta mania de sustituir el crucifijo por una foto del presidente autonómico o a los reyes magos por un vejete con sobrepeso vestido de terciopelo rojo.
A lo largo de las últimas semanas se está produciendo un fenómeno curioso. Basta con poner atención para percibir el latido vital de nuestros pueblos y ciudades. Abran sus balcones y ventanas y oirán lo que siempre pasaba y que no percibíamos. El encierro al que estamos sometidos los ciudadanos y a la parálisis obligada de sus herramientas y mecanismos está sacando al primer plano todos los ruidos que quedaban sepultados por la cacofónica actividad de nuestras rutinas diarias. El trino de los pájaros es una de las voces principales y las conversaciones de nuestros vecinos, con un poco de atención, se vuelven inteligibles y nos damos que las nuestras también pueden ser oídos por el resto de nuestro barrio. El silencio de los primeros días de confinamiento nos había atronado los oídos y estos, poco a poco, van sacándoles los matices a esa irreal banda sonora que por primera vez escuchamos. Estamos en momentos de muchas primeras veces. Estamos estrenando sensaciones que teníamos aga...
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