Y es que nos roban. Con cuatro palabricas finas nos roban nos roban. Qué cantó el Carlos Cano avisando con sus coplas de que el bandolerismo, con uniforme y membrete, aún seguía por las serranías al acecho. La última fechoría detectada ha sido lo del sablazo a traición en el cobro de plusvalías de pisos y casas heredadas. Viviendas que resultaron estar habitadas por los polstergeits insaciables de municipios, cabildos y provincias. Meneaban cuadros, rompían fotos y hacían crujir los muros a la espera de hincar sus colmillos en el testamento de la abuela Cobraban las plusvalías aún a sabiendas que la peña tenía que vender por debajo del coste de mercado. Tan sólo en la provincia de Jaén han sisado unos 23 millones de euros. En periodo de recaudación; ni ejecutiva ni voluntaria; fraudulenta, siempre según el Tribunal Constitucional. Fincas encantadas por impuestos en lugar de por espectros. Los fantasmas son también un valor añadido. Si te descubren con un ectoplasma en el salón te...