El alcázar sí se rinde. Jaén sigue perdiendo su identidad ante la abulia y la indiferencia de los que contempla este paisaje de suculentas tapas y sin caña. Nadie la da. Todos se las quieren tomar de gañote. Todos juegan a darle a la espátula para sacarle la espuma a esta cerveza de los días repetidos. Los grifos se abren siempre para los mismos. Tipos pilsen que hablan en la barra de lo fácil que sería hacer negocio con el dinero de los demás. Nunca ponen el suyo. Se lamentan de la caída de la mítica fortaleza de Jaén mientras beben cervezas de importación. Son los mismos que mandan cartas al director de Cahiers du Cinéma protestando por la falta de cines y luego se bajan las obras completas de Kieslowsky del utorrent. Es la misma peña que despotrica de la falta de compromiso de concejales, diputados y senadores mientras que rechazan ir en alguna lista, «yo soy apolítico y más listo», dicen y siguen pelando gambas con una mano mientras que con la otra sujetan el cazo por ...