Amanece
en Jaén otra mañana de diciembre con la sombra nevada de la cercana Sierra
Mágina alcanzado los verdes contenedores que se han convertido en improvisado
campo de refugiados del frío y la escarcha a pocos metros del albergue
municipal de Jaén. Albergue
que hace días registra un lleno completo. Los vecinos los llaman pateras de
metal porque de ellos desembarcan cada mañana decenas de inmigrantes. Uno de
ellos, Ibrahim, asegura no entender por qué en Jaén ocurre lo que les está
ocurriendo, si hay trabajopues te apuntas y ya está si no hay trabajo pues te
vas y te buscas la vida en otro sitio y se queja de que nadie les dice, de
manera clara, que no podrán encontrar tajo en la campaña aceitunera este año y
que en otras campañas agrícolas del país se sabe con anterioridad cuánta gente
se necesitará.
Ibrahim
ya lleva vagando por la provincia de Jaén 20 días y ha terminado recalando en
la capital tras no encontrar cuadrilla para trabajar. Llevo 20 días esperando,
repite, y la desesperanza se le asoma a los ojos y le tiembla en la voz usando
un castellano muy fluido ya que es un veterano de la naranja, la fresa, la uva
o la aceituna.
Ya
agotó las cinco noches que podía dormir en el albergue municipal y ahora se
apaña como puede en uno de esos contenedores para escombros de obra y tiene más
suerte que otros compañeros que vivaquean en zaguanes y cajeros.
En
los albergues reciben alojamiento y comida durante 5 días máximo. Se prevé que
en ese tiempo hayan encontrado trabajo y casa. Sin embargo la crisis reinante
ha hecho que buena parte de los 8 millones de jornales que son necesarios para
recolectar la cosecha aceituna de Jaén sean para los miles de jaeneses que se
han visto en las listas del par tras el frenazo de la construcción y los malos
momentos del sector servicios.
Así
las cosas se calcula que más de 200 extranjeros sigan deambulando de un pueblo
a otro algo que ha desbordado la capacidad de la red de albergues que dispone
de 800 plazas en 20 ciudades jienenses.
LARGA
JORNADA DE ESPERA
Retomando
la historia de Ibrahim hay que decir que su jornada comienza temprano
situándose en una glorieta cerca de la carretera para esperar a ver si pasa
algún olivarero que necesite peones. 20 días y todavía no ha llegado e
ironizaba diciendo que los jienenses son petroleros. Son gente de dinero, gente
del aceite. Tienen que saber cuánta gente quieren para trabajar. Debe tener
hechos sus cálculos y reconocía que existe una crisis. Sabemos que los
jienenses son los primeros que van a trabajar. Eso no lo vamos a discutir pero
que alguien nos diga si vamos a hacerlo también nosotros o no.
Entre
tanto los informativos hablan del colapso, un año más, de la red de albergues.
Las organizaciones humanitarias se vuelcan en la ayuda de aquellos que no
consiguen una cama para la noche que se acerca. Los políticos se acusan los
unos a los otros de permitir que se viva otra emergencia social.
Los
de la oposición van a fotografiarse ante las colas en los comedores y
alojamientos para señalar la mala gestión de los que gobiernan. Y éstos últimos
se ponen de perfil y anuncian que el año que viene se reforzará el dispositivo
y se mejorará la campaña de información. Y aseguran que con el tiempo mejorará
la situación cuando los que han venido se den cuenta de que no hay posibilidad
de encontrar trabajo.
Por
su parte, el Foro Social de Jaén ha decidido alquilar un local para alojar a
aquellos inmigrantes que no caben en las instalaciones municipales. Y ante la
negativa del ayuntamiento de ampliar el dispositivo cientos de vecinos
colaboran de manera espontánea llevando matas y ropa de abrigo al campamento
improvisado.
Ibrahim
asegura que esto es tercermundista y cuando cae la noche los plásticos y
cartones hacen de techo improvisado en las pateras de metal de una empresa de
transportes que están disponibles porque no hay obras de las que sacar los
escombros.
Este reportaje lo publiqué en el extinto portal agrario Agrocope el 9 del 12 de 2008. Sigue siendo válido
Comentarios