Los
que gobiernan o los que aspiran a hacerlo algún día han terminado por vaciar de contenido una jornada
que debería ser de celebración ciudadana. Un día para reafirmar el sentimiento
de comunidad, una fecha para sentirnos orgullosos de nuestra cultura y de lo
que, una vez juntos; primero en la calle un 4 de diciembre y luego en las urnas
un 28 de febrero, conseguimos como pueblo.
Pero
como diría el defensor del pueblo andaluz: ustedes señorías están en la peleíta,
y mientras se dan garrotazos los unos a los otros se olvidan de lo importante:
Andalucía
Una
región que se ahoga en el desempleo mientras se agarra desesperada a un viejo
tablón en el que todavía se puede leer: seremos la California de Europa. Una región que se desangra
por sus fronteras perdiendo a los jóvenes más preparados que aquí no encuentran
oportunidades.
Un
territorio que ha sido sumido por la clase dirigente en los nuevos tópicos de
gente perezosa que cobra el PER, de millones de euros que se van por el desagüe
de los ERES y de las cañerías de una administración con arterioesclerosis que
se sigue complaciendo en su propia lengua: impulsar, estimular, priorizar, dinamizar,
vehicular… infinitivos infinitos que sirven para no decir nada.
Hoy
vuelve a ser 28 de febrero y en nuestro día se han puesto a manifestarse en
contra del adversario. La culpa siempre es de otro. Luego se sorprenden de que
la gente los considere un problema en lugar de tomar parte en la soluciones.
La
política es el arte de lo posible… también de celebrar un 28 de febrero
contando con todos los andaluces, pidamos pues lo imposible a los políticos
... y si quieres lo puedes escuchar aquí:
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