Amigos cuídense muy y mucho si con la llegada del buen tiempo se animan a cambiar por fin la taza del water que amarillea por el mucho uso y por los muchos años. O quizás quieran terminar con el concierto de las baldosas sueltas cada vez que a uno le da ganas de levantarse a beber agua de madrugada tras haber visitado al inodoro, que hace tiempo que perdió el “in” y se ganó el plus de “odoro”. Y les digo que se guarden de hacer una “obra” en casa porque albañiles hay muchos y más están en la lista del paro. Es muy fácil contratar a una cuadrilla para hacer un hotel en primera línea de playa, sobran peones y ofíciales para levantar un complejo de chalés en la sierra… pero no hay cojones a encontrar a un chapuzas que te arregle lo del váter y lo de los azulejos. Y eso que siempre hay un cuñado que conoce a un tipo formal que es un primor de la llana y la talocha. “Que en un par de domingos te arregla lo del piso y es más limpio que los chorros del oro y más barato que mirar escaparates”....