En esto del turismo me imagino al gaucho Martín Fierro cantando una milonga subido a un pino laricio. Pino tatuado en la corteza con el logotipo del gobierno de turno por dónde se le escapa la resina mientras que a la sierra se le escapan los habitantes hartos de que les alambren el futuro diciéndoles que ellos son un endemismo de tan hermosa zona natural. Rasga la vihuela el gaucho contemplando las estrellas que nos parecen más bellas cuando uno es mas “desgrasiao” y los serranos hacen las maletas en busca de amores levantinos porque las novias que les prometieron hace años son justitas para llenar los hoteles. Basta echar un vistazo a los padrones para darse cuenta de que los pueblos de la sierra a pesar de tan hermosos paisajes se quedan poco a poco sin paisanaje y los turistas que llegan a buscar el asombro de la naturaleza se siguen asombrando de lo difícil que es llegar a destino con el mono volumen por la falta de señales en las autovías y el exceso de baches en las carreteras ...