Una cosa es que la diosa de la Justicia tenga que ser ciega y otra muy distinta que sus ayudantes no vean tres en un burro, sobre todo si el burro acaba de ser robado y los tres jinetes que lo cabalgan son los presuntos cuatreros. Viene esto que les escribo a cuento de lo que dicen los sindicalistas, del CSIF para más señas, sobre las luces que hay en las dependencias judiciales. Son pocas, escasas y flojas en potencia. Tanto es así que, de los 26 puestos de trabajo que han medido los que saben de la cosa, tan sólo en uno se ve bien. En el resto los «lux» (que nada tienen que ve con el mítico jabón de las estrellas que le dejaba la cacha reluciente a la Raquel Welch ) están muy por debajo de los mínimos necesarios para ver, aunque sea, la parte más sobresaliente del burro anteriormente citado y que no necesariamente tiene por que coincidir con la punta de las orejas. Tal es la penumbra, aseguran, que muchos funcionarios de Justicia se están quedando como la ídem. Así que...