Ya tenía el título escrito la pasada semana así que tendré que utilizarlo ahora que el clima ha recuperado su relación con el calendario. Pero era un título tan bueno que ojalá me hubiera servido hasta el mes de diciembre y haber anotado este 18 como uno de esos años mágicos y misteriosos que se hacen fuertes en las leyendas populares: debería ser allá por el año que no tuvo verano… formidable inicio para cualquier historia. Pero hete aquí que me veo sacando la ropa de verano y guardando la de la mesa camilla ante el empuje de don Lorenzo por sus predios del valle del Guadalquivir. Qué gran año éste 18 si no hubieses tenido verano. Hubiera sido el mismo año en el que por fin, tras siete años de estériles hostilidades, sacaron al tranvía de las cocheras al tranvía de Jaén o pusieron la primera piedra del primer pabellón de deportes para esta provincia. Hitos que hubieran coincidido en el almanaque con la recuperación de Carmen Calvo como ministra, la misma que hizo de sacerdotisa ...