Un perro se mea en una esquina. Veinte mierdas sin recoger. Un joven con sudadera y capucha marca la fachada con un rotulador. Dos notarios y siete escrituras sin cobrar. Tres bancos, cero hipotecas. Un abuelo, ocho nietos y un timo preferente. Sesenta y cinco urnas y diez kilos de ceniza. Miles de votos quemados sin usar. Siete candidatos y cinco escaños. Pirandello dimitiendo como autor. Un concejal haciendo equilibrios en la barra del presupuesto. Ciento cinco impulsos, ocho subvenciones que se pierden por el sumidero. Cuatro millones de jornales que cambian de nombre. Cuatro Millones de peonadas que caen de los árboles. Un delegado va y viene para quedarse en el mismo sitio. Dos periodistas hurgan con los titulares de mañana. Un consejero y trece pelotas. Dos ministros con su legión y con su cohortes. Dos más dos ahora dan cero en inversiones. Diecisiete portavoces mudos cargados con noventa toneladas de palabras y de nada. Tres proveedores municipales echan la persian...