Ser de Jaén es cobrar a cosecha vencida y dejar fiado en el almacén del abono hasta que la cooperativa te pague la aceituna del año. Ser de Jaén significa esperar hasta que venga la subvención de la PAC para poder para cambiar la vieja nevera por un frigorífico con etiqueta triple A. Ser de Jaén no es otra cosa que marcar la jota como nadie y colocar; como Messi hace con el balón, el sujeto con su verbo y con su predicado. Al ser de Jaén seguro que uno tiene hermanos, tíos, primos y demás familia que se tuvieron que ir otros lugares a buscarse la vida. Gente de Jaén que se fue y que vuelve de estío en estío a airear la casa del pueblo y cobrar las rentas al aparcero del olivarillo del abuelo. Ser de Jaén es tener un cuñado que se fue a la Guardía Civil o a los hoteles de la costa. Ser de Jaén es estar acostumbrado a que las obras públicas se eternicen en los despachos y leer carteles caducados de proyectos que nunca llegaron a ser. Ser de Jaén es viajar a Valencia dando una vuelt...