No hace falta ser meteorólogo, ni estar asomado al ventanuco del Meteosat para saber lo que se nos viene encima. No es necesario consultar al oráculo de Delfos, llamar a la “hotline” de Rappel o eviscerar un carnero para señalar que el granizo se acerca. No hace falta buscar la cabaña de la sortiña en el brumoso bosque para que nos lea los posos del café o que el “crupier” del casino del futuro nos eche las cartas. La suerte está echada y habrá que ponerse a cubierto porque comienza la caída de las Primeras Piedras. Pedrisco que comienza azotarnos con su descarga de altos cargos encasquetados y haciéndole la bola gorda a La Bellota y Casals. Marcas que hacen acopio de herramientas para hacer frente a los pedidos que ya están llegando a sus almacenes: “Dos palas para inaugurar ese parque. Un palustre fino para que el subsecretario recorte el mortero. Un legón para que el alcalde arrastre toda la tierra hacia el hoyo. Un pico para que nadie se quede sin hablar ante los micrófonos. Una partida de paneles serigrafiados con croquis y alzados con obras de tarifa plana, que lo mismo sirven para una carretera que para un teatro. 20 cascos para cabeza de consejero o similar. 45 pares de botas de seguridad, de puntera de acero, para que los pies se resguarden si cayera antes de tiempo la primera piedra. 2 kilómetros de cinta con la bandera de Andalucía y otros tantos con la española, que nunca se sabe lo que puede dar de sí esta granizada. 8 carpas para ágapes en mitad de la nada donde nada hay aún, pero ya verán como cae el granizo. 7 tijeras, de las buenas, para que se corte la cinta a la primera y una bandejita de plata para transportarlas. Y me añade, por lo que mengüe, unos monos de trabajo y unos “tupper ware” para hacer bonito y que estamos cerca del pueblo”.
Ya comienzan a caer las rocas. Un granizo que se precipita sin chispear antes. Graniza con ganas. Nos apedrean con las Primeras Piedras. Esta es una lapidación en toda regla y todavía, bajo el chaparrón pétreo, hay que pegar los carteles con sus caras de piedra, de hormigón, de cemento armado, de talocha y asperón.
Lo único bueno de todo este meteoro es que se venderán más periódicos. La demanda sube ya que se compran los diarios del día para meterlos en la “litofiebre” que los ateza, de tanto andar al aire libre. Paletas endomingados. Madre mía ¡que peña!, ¡qué peñazos!. Lo que está aún por caer hasta marzo del año que viene.
Ya comienzan a caer las rocas. Un granizo que se precipita sin chispear antes. Graniza con ganas. Nos apedrean con las Primeras Piedras. Esta es una lapidación en toda regla y todavía, bajo el chaparrón pétreo, hay que pegar los carteles con sus caras de piedra, de hormigón, de cemento armado, de talocha y asperón.
Lo único bueno de todo este meteoro es que se venderán más periódicos. La demanda sube ya que se compran los diarios del día para meterlos en la “litofiebre” que los ateza, de tanto andar al aire libre. Paletas endomingados. Madre mía ¡que peña!, ¡qué peñazos!. Lo que está aún por caer hasta marzo del año que viene.
Comentarios
¡¡¡Menuda pedrada nos queda hasta el 9 de marzo!!!