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Mostrando entradas de febrero, 2016

PÁJAROS

Ha venido flotando la realidad de esta última semana, acunada, por los plumosos abrazos de los pájaros. Aéreos habitantes de la actualidad de esta provincia que sigue sin   levantar el vuelo. Primero comenzaron las turbulencias generadas por las alas de una pava cazalillera que atrajo la atención de medio mundo. Por un segundo, lo que dura el aleteo de un colibrí, estuvimos a punto de hacer el negocio del eccehomo del pavo y la pava campanaria. Pero se nos escapó la oportunidad y quedamos, otra vez, relegados al sumario de las cosas de la España honda y profunda. Comarcas de raros prodigios en los que nacen becerros de dos cabezas y lechones con el rabo en punta. Tierras que generan hortalizas gigantes. Tubérculos enormes. Cucurbitáceas ciclópeas que luego fotografían los corresponsales de los periódicos capitalinos. Ya digo. A punto estuvimos de hacer lo de Borja. Turismo para ver a la pava. Miles de pavos yéndose por el aire. El mismo aire que peina melena en las torres cate

DECEPCIÓN

Aquí todo el mundo está decepcionado, decepcionándose o preparándose para estarlo. Qué decepción. Se decepciona el consejero de Fomento con el alcalde de Jaén. El alcalde se decepciona con el consejero y todos, como ellos dos, nos decepcionamos porque aún no han sabido sacar de la depresión y de las cocheras al tranvía. Se decepcionan los grupos de la oposición y el gobierno queda decepcionado por decepcionante actitud. Se decepciona entre sí los concejales, los diputados y los congresistas. Se decepcionan los asesores con la inutilidad de sus asesorados y éstos por la de los asesorantes. La decepción es un nombre de isla. También se decepciona el parado jienense que cada vez tiene más compañeros en la lista del paro. Círculo polar ártico de la economía. Se decepcionan los poetas porque no les riman los versos en estos tiempos agrios y desabridos. Se decepciona el cantautor que perdió sus fulares en una noche de farra y ahora no tiene a quien cantarle ni a quien ponerse al cuel

LA VIEJA

  Había un juego infantil en el que, para conseguir que un deseo se volviera realidad, había que ver por la calle cinco coches rojos, un camión del butano y cinco mujeres embarazadas. Lo más difícil de ver eran los coches. Se trataban de tiempos antiguos y peatonales. Lo más fácil, ver a jóvenes barrigudas pasear con ese brillo en la piel que da el estar preñada del futuro. Lo del camión del butano era parte del paisaje en un país de estufas catalíticas y termos de agua caliente recién estrenados. Ha pasado el tiempo y las jóvenes grávidas se han convertido en abuelas. Sus nietas, sin embargo, dejan descansar sus úteros a la espera de mejores vientos y tiempos en los que ser madre no sea un problema, una desventaja. Jaén envejece. Se arruga. Se anquilosa sometida a una realidad que pone de manifiesto que procrear no es una prioridad. Así lo señala la Unidad de Gestión Clínica de Ginecología del Complejo Hospitalario de Jaén que atendió durante el año pasado «un total de 1.979

ESTRELLAS

Sólo nos quedan las estrellas. La provincia apela a sus cielos nocturnos para atraer a visitantes. Cielos vírgenes con el himen estelar intacto. Sin que haya sido hollado por la suciedad lumínica del progreso y el desarrollo fabril y urbano. Se venden miradores a la vía láctea. Se alquilan balcones para ver pasar el cinturón de Orión, al Auriga ejerciendo de cochero, a los Canes mayores y menores ladrar desde la Luna. Jaén vende miradas al cosmos profundo para intentar salir del pozo económico en el que está atrapada. Un agujero negro que engulle todo lo que alcanza su hambrienta masa gravitacional. Apenas algunos jóvenes neutrinos logran salir de su órbita para señalar, con su ejemplo, los bordes del vértigo devorador. Astroturismo lo han llamado en el último Fitur en el que la provincia volvió a derramar ilusión, aceite de oliva y   fotos de bosques y dehesas que no serían lo que son sin el toro bravo, los onerosos trofeos de los reyes de la espesura, de lo esquinado de su lugar

REBAIXES

Es tiempo de rebajas. Temps de rebaixes que me dice mi espotifai, entre canción y canción de Ceronoventayuno, contaminado por el ambiente de cánticos regionales que se respira. Hasta la publicidad me sale en el idioma de Pla. Anda la cosa rara muy rara. Si Prim levantara la cabeza se la doblaban otra vez, por el enorme peso, los testículos de su caballo. Mandan los güevos equinos mientras los callejones de la política se enrevesan como la trama de una aventura de Poiret. No se puede uno tomar un café sin que le asalte en la barra del bar la duda sobre si ha madrugado para tangarle los impuestos a los que defienden el prussés. Cada tostada me sabe amarga porque está regada con el aceite del per. Ahora resulta que poner a toda leche el Qué Bonito Está Jaén del Payo Juan Manuel es de ser españolistas y centrípetos. Hay que tener sensibilidad con las minorías. Se les olvida a muchos defensores de la plurinacionalidad que está provincia ha sido sensible y generosa. Tanto que se ha d